
La Comisión Europea dará hoy su espaldarazo oficial a la agenda reformista y a los duros ajustes impuestos por el Gobierno de Mariano Rajoy en su primer año de mandato, que le han permitido reducir el déficit público desde el 9,4% con que se cerró 2011 a menos del 7% que anunció el miércoles el presidente español, durante el Debate sobre el Estado de la Nación.
Según apuntan fuentes comunitarias consultadas por elEconomista, el premio de Bruselas a España será relajar la meta de déficit de 2013 -cifrada en el 4,5% del PIB- para dejarla en el entorno del 5,3%, fruto de una ampliación de los plazos -algunas fuentes hablan incluso de una dilación de hasta dos años- y/o una rebaja del guarismo.
Esta flexibilidad con España venía siendo avanzada por el vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, que hace semanas aseguró que se tendrían en cuenta "los nuevos datos de crecimiento", los cuales auguran que hasta fin de año no hay visos de recuperación. Y es que, según Eurostat, el PIB de la zona euro cayó el 0,6%, y el de la UE bajó el 0,5 en el cuarto trimestre de 2012.
21.000 millones en un año
El recrudecimiento de la recesión se nota todavía más en España, con una caída del 0,7% del PIB entre octubre y diciembre respecto a la de otros trimestres (-0,4% en el primero y segundo y un -0,3% en el tercero). En esas condiciones, Bruselas entiende que es virtualmente imposible que nuestro país pueda reducir el déficit al 4,5% este año y al 2,8% en 2014, según obliga el Pacto por el Crecimiento y la Estabilidad.
Asimismo, la Comisión Europea valora positivamente que España, pese a no haberse ajustado a la meta del 6,3% en 2012, ha realizado grandes esfuerzos para recortar el déficit estructural, además de emprender el saneamiento bancario, acometer la reforma laboral y avanzar en la reestructuración del sistema de pensiones, que aún tiene mucho recorrido, según señalan desde Bruselas.
Por ello, pese a que el Ejecutivo de Rajoy reconoció hace semanas que no cumpliría el objetivo de déficit, el Ejecutivo comunitario no ha exigido contrapartidas ni anunciado sanciones.
Habrá más incumplidores
La confirmación de Rajoy, el miércoles, de que 2012 se zanjó con un desfase presupuestario inferior al 7% -21.000 millones menos respecto al año anterior, según avanzó el presidente- entra dentro de lo esperado por los socios europeos y no es previsible que tenga consecuencias negativas.
De hecho, hoy mismo, la Comisión Europea publicará sus previsiones económicas de invierno, en base a las cuales decidirá si da más tiempo -cuánto y en qué condiciones- a los Estados miembros de la UE con déficit excesivo para reducir sus cifras. Y es que España no es el único Estado que incumplirá el objetivo, ya que al menos Francia, Portugal y Grecia han reconocido que no llegarán a la meta. El caso de Lisboa es palmario, y ayer mismo, la vicepresidenta de la Comisión, la luxemburguesa Viviane Reding, abogó por dar más tiempo para que Lisboa construya un futuro "sólido" y vuelva a los mercados.
No es la primera vez que Bruselas revisa sus previsiones y, de hecho, en su último informe, del mes de noviembre, la Comisión predijo que el déficit público de España alcanzaría en 2012 el 8% del PIB, se situaría en 2013 en el 6% y repuntaría al 6,4% en 2014, si el Gobierno de Rajoy no incluía nuevas medidas. En ese momento, apuntó que no reclamaría más ajustes para 2012 y 2013, si bien resaltó que esperaba más reformas para 2014.
"Si el crecimiento se deteriora inesperadamente, un país puede recibir más tiempo para corregir el déficit excesivo, siempre y cuando haya cumplido con el esfuerzo fiscal estructural acordado y acometa las reformas estructurales necesarias para apuntalar el crecimiento a medio plazo y la sostenibilidad", fue el capote que Olli Rehn echó a España.
Por su parte, también Francia ha anunciado que tendrá un 3,6 por ciento de déficit en 2013, con un crecimiento casi nulo, según las filtraciones aparecidas en la prensa gala. Esto supone un empeoramiento, pues en noviembre pasado, Bruselas preveía un déficit de 3,5%, con un crecimiento de cuatro décimas. Las cifras corresponden al empeoramiento de la economía general, pues el cuarto trimestre de 2012 fue peor de lo previsto en Francia y Alemania. Olli Rehn ha insinuado que no impondrá sanciones y es probable que dé tiempo a París, pero le exige recorte de gasto y reformas estructurales.