
El primer ministro búlgaro, Boiko Borisov, ha anunciado la dimisión en bloque de todo su equipo de gobierno después de varios días de protestas a nivel nacional contra los planes de austeridad y la subida de los precios de la luz.
"No voy a participar en un Gobierno bajo cuyo mandato la Policía está golpeando al pueblo", ha declarado el primer ministro ante el Parlamento, en relación con los enfrentamientos entre manifestantes y agentes que se han saldado con al menos 25 detenidos y diez heridos, entre ellos dos policías.
En Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea con un salario medio que ronda los 350 euros, las tarifas eléctricas aumentaron a principios de año un 13% en un contexto de crisis económica y aumento del desempleo. Un repaso al salario mínimo: de los 1.874 euros de Luxemburgo a los 155 de Bulgaria.
Este encarecimiento, junto con los ajustes que ya se estaban llevando a cabo por parte del Gobierno, los altos índices de corrupción en el país y la crisis económica, han motivado las protestas, que en las dos últimas jornadas se habían tornado muy violentas en la capital, Sofia.
Cese infructuoso
Miles de personas han salido a las calles desde este domingo en una veintena de ciudades para rechazar la subida eléctrica, reclamar la renacionalización de las compañías energéticas extranjeras y exigir la dimisión del gobierno.
Antes de tomar la decisión de la dimisión en bloque, Borisov había intentado calmar los ánimos de los ciudadanos forzando la dimisión del ministro de Finanzas, Simeon Dyankov, para tratar de calmar el malestar y se había comprometido a bajar el precio de la electricidad un 8%.
También anunció multas las distribuidoras de electricidad (la austríaca EVN y las checas CEZ y Energo-Pro) y la retirada de la licencia a una de ellas (CEZ), un procedimiento que ya se ha puesto en marcha por el regulador eléctrico búlgaro. Sin embargo, estas medidas no surtieron el efecto deseado y las protestas se han sucedido en los últimos días.