Economía

España pelea por continuar como receptor neto ante la Unión Europea

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno. Foto: archivo

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llega hoy a Bruselas para encontrarse con sus homólogos de la Unión Europea, con el objetivo de lograr que España mantenga el nivel de ayudas europeas que le ofrecieron en la fracasada cumbre de noviembre. Aquella propuesta reducía los 20.000 millones de euros que España hubiese perdido con la primera propuesta del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, gracias a un paquete de 2.800 millones para cohesión, 500 para agricultura y una mejora de la prima para parados, entre otras partidas.

Según indicaron fuentes diplomáticas citando cálculos de la Comisión, España conseguiría, con aquella propuesta, mantenerse durante el periodo 2014-2020 como receptor neto respecto a su saldo con la UE, y no pasaría a la condición de contribuyente junto a Alemania, Francia, Italia u Holanda.

Opción aceptable

Por tanto, ese objetivo sería considerado, a priori, como un buen resultado, puesto que el clima actual entre los Estados miembros es de recortes generalizados, una posición que parece haberse acentuado desde el último encuentro a finales de 2012 debido, sobre todo, al empecinamiento de Londres.

España podría verse beneficiada a su vez del nuevo fondo específico destinado a combatir el paro juvenil -y dotado con "varios miles de millones de euros"- anunciado por el presidente del Consejo Europeo, puesto que se presume que se concentrará en los países y regiones con más paro. España, con una tasa de paro juvenil del 55,6 por ciento, se encuentra de hecho a la cabeza de la UE junto a Grecia y se calcula que aspiraría al 30-40 por ciento de unos 3.000 millones de euros nuevos que podrían movilizarse para esta partida.

El presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, pidió ayer precisamente a los jefes de Estado y Gobierno de los Veintisiete que "no desaprovechen la oportunidad" que se presenta en el Consejo Europeo, para encontrar "herramientas" que permitan a los 25 millones de parados europeos "una vida digna". "Hoy insto a todos los gobiernos a limar asperezas y a venir a Bruselas con espíritu de compromiso y responsabilidad", planteó durante una comparecencia en el Parlamento Europeo. Hay que evitar, dijo Barroso, "enviar un mensaje negativo en un momento económico frágil".

Pero el ambiente en Bruselas es por ahora sombrío. Van Rompuy ha planeado una negociación que arranque en el punto en el que se quedó la discusión suspendida en noviembre, a la que añadirá una disminución adicional de 15.000 millones de euros, lo que elevaría el tajo a la propuesta de la Comisión hasta los 95.000 millones de euros y, por tanto, dejaría el Presupuesto completo para los siete años por debajo de los 957.000 millones.

El político belga intenta así satisfacer a los países contribuyentes netos como Reino Unido, Alemania, Holanda y los nórdicos, que reclaman todavía más ajustes en línea con la austeridad exigida a las capitales debido a la crisis. Por su parte, la Comisión, junto con Italia, Francia, y casos como España, no quieren que se toquen más algunas políticas fundamentales de la Unión como la Política Agrícola Común o la cohesión.

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