
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha propuesto al comisario de Economía europeo, Olli Rehn, la prórroga del objetivo de déficit de las comunidades autónomas. Es decir, que el tope de déficit se mantenga en el 1,5% este año, como en 2012, en vez del 0,7% inicialmente fijado para 2013.
Así se lo transmitió al responsable europeo en la reunión que ambos mantuvieron el lunes pasado en Madrid. Según fuentes próximas al Ejecutivo, la respuesta de Rehn a Rajoy fue alentadora, en el sentido de que Bruselas reconoce el esfuerzo hecho por España en materia de equilibrio presupuestario, así como por las autonomías, a las que Rehn ve "más cerca de cumplir sus objetivos de déficit ".
¿Qué ha motivado esta relajación en la postura del Ejecutivo español respecto al déficit autonómico? En primer lugar, el hecho asumido por Bruselas y por los mercados de que España tampoco ha cumplido el 6,3 por ciento que tenía encomendado para 2012, pese al evidente esfuerzo de corregir los desequilibrios heredados y los sobrevenidos con la recesión. Además, no parece que vaya a haber más exigencias de recortes por parte de la UE.
Todo indica que en 2012 el Estado sí logrará cumplir con su parte de déficit , cifrada en el 4,5%, pese a la esperada desviación de un punto en la Seguridad Social, que sería contrarrestada en el lado positivo por los 11.000 millones de euros de aumento en los ingresos tributarios. Así pues, las dificultades de cumplimiento apuntan a las comunidades autónomas.
Autonomías al límite
Las autonomías están asfixiadas financieramente. En 2010 y 2011, su déficit fue del 2,94%, lo que pone de manifiesto su dificultada para reconducir sus cuentas.
Y los primeros datos de cierre 2012 no comienzan siendo alentadores. Cataluña ha rebasado el saldo negativo con creces, con un 2,3 por ciento de déficit frente al 1,5% de tope fijado. Y las cifras del tercer trimestre ya apuntaban a desvíos en otras regiones que vienen arrastrando problemas y acudiendo sistemáticamente al fondo de rescate autonómico, como Valencia, Andalucía y Murcia.
Las comunidades defienden que los problemas que afrontan son similares, con los ingresos al límite de su capacidad y con bastante poco margen para recortar todavía más los gastos. En este panorama, mantener un año más el objetivo de déficit para las CCAA en el 1,5% del Producto Interior Bruto frente al 0,7% previsto es un auténtico balón de oxígeno para todas las regiones, pero especialmente para Cataluña.
El caso catalán
De hecho, Artur Mas lo ha convertido en una de sus principales reivindicaciones. La Generalitat empieza el nuevo año con un desfase de 4.500 millones y con una petición de ayuda al Fondo de Liquidez Autonómica de 9.073 millones. Con un plazo más flexible, Mas se enfrentaría a un recorte de gasto en 2013 de 2.000 millones, el 50% de lo que supondría mantener el 0,7% de déficit . Un alivio que también agradecerían el resto de autonomías.
Si consigue el beneplácito de Bruselas, el Gobierno tiene la oportunidad de envolver en guante de seda el control férreo sobre las cuentas autonómicas, al tiempo que abre una vía para aplacar la deriva soberanista en una suerte de cesión ante Artur Mas.
Por su parte, Bruselas ya ha dicho que cualquier concesión a España en materia de déficit vendrá después del 22 de febrero, cuando se divulguen las previsiones de los países europeos. Además, Bruselas considera esencial mejorar el déficit estructural, que va más allá de la coyuntura económica, un aspecto en el que España también ha hecho progresos.
A este respecto, Olli Rehn, ya señaló en noviembre pasado que la Comisión se centraría en el déficit estructural, y no en el nominal, a la hora de evaluar si España tomó medidas efectivas para reducir el saldo negativo, como parte del procedimiento de la Unión Europea por déficit excesivo.
Cataluña acabó 2012 con un déficit del 2,3% -ocho décimas por encima del top-, y ya ha avanzado que tampoco cumplirá el 0,7% de desfase para este año, de mantenerse ese tope. Todo ello aparte de haber pedido ya el 39% del FLA de este año y de pretender avanzar en una suerte de rebelión fiscal con nuevas figuras.
El jueves se supo que el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, se ha quejado por escrito a Bruselas del trato "injusto" del Estado español, por entender que el Gobierno no reparte de manera equitativa la ampliación de los objetivos de déficit , habida cuenta de que las CCAA asumen los gastos de servicios sociales tan costosos como la sanidad y la dependencia.
Pretensiones catalanas
En círculos próximos al Gobierno se admite la incomodidad que provoca esta sucesión de desplantes del Govern. Pero, lejos de activar la prometida "mano dura" que promovía el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, opta por "hacer política" y la situación puede saldarse brindando finalmente a Cataluña la flexibilidad con el déficit que pide. No en vano, el ministro de Economía, Luis de Guindos, también ante Rehn, dejó abierta la puerta a la relajación autonómica, anunciando una distribución proprocional del esfuerzo fiscal si a España se le relaja la meta de 2013. "La distribución del déficit será equitativa basada en una política eficiente, creíble y razonable", dijo.
Se juega mucho Cataluña con la ampliación de la cifra de déficit . Según Mas-Colell, cumplir el 0,7 por ciento en 2013 le obligaría a unos recortes de casi 4.000 millones. La relajación reduciría esos ajustes al menos a la mitad.
Pero la ambición catalana no se detiene en la meta del 1,5 por ciento que podría lograr la prórroga solicitada por Rajoy a Bruselas. El Govern quiere más. Como criterio "racional", la Generalitat propone que la meta de 2013 para las comunidades autónomas sea del 1,6 por ciento del PIB (0,9 puntos más que el inicialmente fijado y uno más de lo que podría conseguir de producirsse la prórroga), y que el de la Administración central sea del 2,3 por ciento, lo que representa 1,5 puntos menos que lo estipulado ahora.