Economía

Obama proclama que EEUU comienza a recuperarse tras una década de guerras

  • El presidente número 44 de EEUU jura su cargo por segunda vez

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha jurado este lunes su cargo por segunda vez en una multitudinaria ceremonia pública frente al Capitolio. "Juro solemnemente que cumpliré fielmente con las funciones ejecutivas del cargo de presidente de Estados Unidos y que conservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos con lo mejor de mis capacidades. Ayúdame Dios", ha dicho solemne para luego pronunciar un discurso conciliador y en clave económica.

"Cada vez que inauguramos un nuevo mandato ponemos de manifiesto la grandeza de nuestra constitución", aseguró Obama, que recordó que todos los hombres fueron creados iguales y que el camino hacia la libertad no tiene fin. "Ninguna unión puede sobrevivir con una libertad a medias. Y para conservar nuestros derechos individuales debemos actuar de forma conjunta", reiteró.

El presidente manifestó que "la recuperación económica ha comenzado tras una década de guerra", y dio ánimos a una generación que ha sido puesta a prueba con la crisis. "Podremos con todo mientras actuemos juntos", aseguró el presidente.

"Nuestro país no puede sobrevivir cuando una minoría vive muy bien y el resto sufre. Tenemos que renovar nuestro sistema fiscal, mejorar nuestras escuelas, prepararnos para mejorar el mercado laboral", esbozó el actual inquilino de la Casa Blanca para delantar que "tenemos que tomar duras decisiones para reducir el déficit".

"No creemos que la libertad y la felicidad sólo sea para los que han tenido más suerte. La seguridad social, el medicare y el medicaid nos ayudan a ser libres y no nos convierten en una nación de mantenidos" aclaró Obama.

Nuevos retos y nuevas caras

El presidente americano arranca su nueva legislatura con los mismos problemas con los que finalizó la anterior, sobre todo el lo referente al techo de deuda y las fallidas intenciones de reducir el déficit.

Pero si estos retos son ya de por sí harto complicados, especialmente con los republicanos en control de la Cámara de Representantes, Obama ha decidido coger el toro por los cuernos y abogar por una reforma integral del sistema migratorio del país. Un asunto espinoso que, al igual que su reforma sanitaria, el ya famoso Obamacare, podría elevarle a los altares políticos o demonizarle aún más entre aquellos que consideran que el gobierno federal tiene demasiado poder.

De momento, el presidente debe terminar de esbozar su próximo gabinete, que incluye un total de 15 jefes de departamentos federales, nombrados por el mandatario y confirmados posteriormente por el Senado.

Obama ha tomado decisiones arriesgadas a la hora de elegir los primeros candidatos de su nuevo gabinete. Y entre ellos no existe, de momento, nadie con un perfil independiente.

El secretario de Defensa Leon Panetta, una figura de gran prestigio en Washington durante más de dos décadas, será reemplazado por el ex senador republicano Chuck Hagel, suponiendo que éste gane la confirmación del Senado. Hagel es una figura que ha creado bastante rechazo entre el partido del presidente, ya que muchos creen que el republicano se rige por un comportamiento poco ético y tiene algún que otro esqueleto en el armario

El elegido de Obama para ocupar la dirección de la CIA, John Brennan, también sorprendió porque carece de las credenciales de sus dos predecesores, el general David Petraeus y Leon Panetta. Dicho esto, el mandatario parece estar mucho más confiado a la hora de elegir a su nuevo gabinete.

"Cuando Obama jure su cargo volverá al Despacho Oval con una mayor experiencia, un gabinete efectivo y un signo de interrogación sobre cuál será su plan para los próximos cuatro años", explica Martin S. Indyk, vicepresidente de la Brookings Institution. "Obviamente hay prioridades domésticas, como garantizar la recuperación económica, fomentar el empleo y, por supuesto, solventar la crisis fiscal", añade.

Mientras el demócrata decide quién sustituirá a Hillary Clinton en el Departamento de Estado (el senador demócrata John Kerry es el favorito de las quinielas), a Hilda Solis en el Departamento de Empleo o a Ken Salazar en el Departamento de Interior, entre otros puestos vacantes, el Capitolio se prepara de nuevo para poner a la economía del país contra las cuerdas.

Techo de deuda, déficit y retos económicos

Para enfrentar el futuro a corto plazo, Obama ha optado por ascender al que hasta ahora era su jefe de Gabinete, Jack Lew, quien sucederá a Tim Geithner al frente del Departamento del Tesoro.

Lew ha pasado gran parte de su carrera lidiando con negociaciones presupuestarias conflictivas, primero como ayudante del presidente de la Cámara de Representantes, el demócrata Tip O'Neill en la década de 1980, y más tarde como jefe de la Oficina de Administración y Presupuesto, durante el segundo mandato de Bill Clinton. La postura de Lew en cuanto ajustes fiscales se refiere está estrechamente sincronizada con la agenda del presidente Obama.

John Hudak, politólogo de la Brookings Institution, pronostica que Obama buscará resultados legislativos a toda costa para garantizar el testigo a un demócrata en 2016. "La mejor forma de asegurarse que un demócrata ocupe la Casa Blanca en el 2016 es que el actual presidente lidere la política", explica. De ahí que el presidente muestre ya un tono más agresivo.

El ajuste fiscal y elevar el techo de deuda tendrá que contrarrestarse con la creación de puestos de trabajo, ya que el nivel de los parados de larga duración registra niveles no vistos desde la II Guerra Mundial, un problema que amenaza con convertirse en una enfermedad crónica para el país.

Los retos internacionales

A nivel internacional, Obama tiene que supervisar, con ayuda de Hagel, la retirada prevista de las tropas estadounidenses prevista para 2014. Además debe asegurarse que Irán no continúa adelante con su programa nuclear y controlar la posible acción militar de Israel.

El conflicto sirio también podría obligar al mandatario a tomar decisiones críticas. Los analistas afirman que las credenciales y experiencia ya adquirida por el demócrata durante los últimos cuatro años servirán de gran ayuda para gestionar las relaciones clave con sus homólogos extranjeros, entre ellos Xi Jinpin, el nuevo presidente de China, y con su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Según Gallup, sólo dos de los siete presidentes que han ocupado el cargo durante dos legislaturas desde la Segunda Guerra Mundial dejaron la Casa Blanca con mayores niveles de aprobación en su segundo mandato que en su primera ronda en el Despacho Oval: Ronald Reagan y Bill Clinton. Hoy en día, las calificaciones de aprobación del presidente Obama se sitúan en el 56 por ciento, por encima de la media del 49 por ciento registrada en su primer mandato. Eso sí, todavía quedan cuatro años por delante.

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