
El Tesoro Público adjudicó ayer en su primera emisión del año 5.816 millones de euros, 800 millones más de lo previsto, con una notable bajada del interés de hasta el 15%. Ayer mismo, el bono a 10 años bajó del 5% por primera vez desde marzo de 2012.
Para el Wall Street Journal esas cifras suponen que el programa de financiación español para 2013 "no podría haber tenido un mejor comienzo" y confirman que el país "está recuperando la confianza de los inversores". Es más, asegura que los mayores riesgos proceden de otros países europeos. "Los pasos en falso en Francia, Italia y Chipre todavía podrían destruir los esfuerzos de España", opina.
En un artículo titulado "España está arreglando la casa pero todavía vive en un mal vecindario", añade que la subasta de deuda que España realizó ayer ha supuesto "un éxito" que "justifica su decisión" de no solicitar ayuda al Banco Central Europeo (BCE).
Ahora bien, el WSJ hace un llamamiento a la cautela. Es cierto, señala, que los rendimientos españoles no estarían donde están ahora sin promesa del presidente del BCE, Mario Draghi, en septiembre pasado de hacer "lo que sea necesario" para defender el euro.
Además, las cifras macroeconómicas aún son malas, con un descenso del Producto Interior Bruto del 1,4% previsto para 2012, mientras que el desempleo es "desesperadamente alto", con un paro juvenil del 50%.
Pero un vistazo más de cerca demuestra por qué los inversores están regresando a España. El país, destaca, ha realizado "importantes avances" para atajar la crisis de la deuda y recortar el déficit, con el 60% del ajuste a través de recortes de gastos.
Además, las reformas laborales, junto con el elevado desempleo, han ayudado a romper el vínculo entre salarios e inflación y han permitido recuperar el 80% de la competitividad perdida desde 1998 respecto a la zona euro, según datos de la OCDE, lo que a su vez ha propulsado las exportaciones y ha equilibrado la balanza por cuenta corriente.
El diario subraya también que el problemático sector bancario está siendo recapitalizado y reestructurado, si bien las entidades aún padecen de "una fuerte dependencia" de la financiación del BCE.
Aunque una subasta exitosa de bonos no significa que España haya superado sus problemas, puede sentir algo de alivio por el renovado apoyo de los inversores extranjeros, concluye.