La Cámara de Representantes de EEUU ha aprobado el proyecto legislativo destinado a cancelar los efectos del llamado abismo fiscal al que un día antes había dado su visto bueno el Senado. El acuerdo impide fuertes alzas de impuestos para todos los ciudadanos y aplaza por dos meses los recortes de gastos que podrían haber llevado a la mayor economía del mundo a la recesión.
Los legisladores aprobaron, por 257 votos a favor y 167 en contra, el proyecto remitido por el Senado, que mantiene las rebajas fiscales para la mayoría de los estadounidenses y prorroga durante dos meses los drásticos recortes automáticos del gasto público acordados en 2011.
Para que entre en vigor, falta la firma del presidente Barack Obama, que se prevé que se produzca a lo largo del día.
La subida de impuestos
Entre otras medidas, la legislación aprobada convierte en permanente el nivel actual de los tipos impositivos para un 98% de las familias y un 97% de los pequeños negocios.
Además, eleva el impuesto para las parejas con rentas anuales superiores a los 450.000 dólares, que volverán a contribuir con un tipo del 39,6% como hace dos décadas, en lugar del 35% actual. El tope acordado supone una concesión para ambos bandos, ya que un amplio segmento de los republicanos se oponían a cualquier tipo de alza impositiva, mientras que Obama se había comprometido a subir los impuestos a los que tuvieran una renta mayor de 250.000 dólares.
Con todo, se trata de la primera subida de impuestos aprobada en EEUU con apoyo bipartidista en los últimos 20 años.
El acuerdo no prorroga, sin embargo, la rebaja temporal de las retenciones sobre los salarios que aprobó el gobierno de Obama dentro de las medidas de estímulo a la economía, por lo que los estadounidenses sí que notarán a partir de mañana una reducción de sus salarios netos.
A través de esa combinación de subidas de los tipos y reducción de ciertas deducciones para los más adinerados, el Gobierno espera recaudar 620.000 millones de dólares en nuevos ingresos en los próximos diez años.
La ley amplía por un año el subsidio de emergencia por desempleo que beneficia a 2 millones de estadounidenses.
Aplaza, sin embargo, por dos meses, los recortes automáticos previstos en el gasto del Gobierno federal, lo que presagia nuevos enfrentamientos en poco tiempo entre republicanos y demócratas.
Arduas negociaciones
Entre los republicanos que votaron finalmente a favor del compromiso figuran el propio presidente de la Cámara, John Boehner, y el excandidato a la vicepresidencia de EEUU, Paul Ryan. En total, sólo 85 representantes del Partido Republicano, de los 236 miembros en el Congreso, le dieron su apoyo. De esta forma, ha sido el apoyo del partido demócrata, que ha votado casi en su totalidad (172 votos) para sacar adelante el acuerdo.
La votación en la Cámara Baja se produjo después de una intensa jornada en la que los republicanos, que ostentan la mayoría, estuvieron a punto de hacer descarrilar el compromiso. De hecho, tras una larga jornada de discusiones internas, el grupo conservador renunció a introducir enmiendas en el texto, que fue votado tal cual lo remitió el Congreso.
Un número significativo de miembros republicanos había exigido introducir en el proyecto de ley una enmienda para recortar el gasto del Gobierno en 300.000 millones de dólares. Sin embargo, finalmente fue descartada porque requería una mayoría de 217 votos que el presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, no vio posible reunir.
Un intento de enmendar el compromiso del Senado habría supuesto la muerte del preacuerdo bipartidista, debido a la falta de tiempo para negociar los cambios con la Cámara Alta antes de la instalación el día 3 de un nuevo Congreso.
El próximo jueves iniciará su andadura una nueva Cámara, salida de las elecciones del pasado 6 de noviembre, y los proyectos que no hubieran sido adoptados quedarían anulados.