
La economía de Estados Unidos creció un 2,7% anualizado en el tercer trimestre del año, según ha informado este jueves el Departamento de Comercio del país. El organismo ha revisado siete décimas al alza la cifra, después de que hace un mes apuntara a un avance del 2%.
La de hoy es la segunda de las tres revisiones que difunde el organismo y queda ligeramente por debajo del 2,8% esperado por el consenso del mercado.
Por otro lado, el dato es superior al registrado en el segundo trimestre, cuando la economía avanzó un 1,3% e incluso al de los tres primeros meses del año (2%).
Esta mejora se produce pese a la revisión a la baja del gasto de los consumidores, que supone más de dos tercios del PIB. Entre julio y septiembre, creció a un ritmo del 1,4%, el más bajo desde el segundo trimestre de 2011 y por debajo del 2% de la estimación de hace un mes. La cifra queda incluso por debajo del 1,5% registrado en el segundo trimestre. El mercado esperaba un avance del 1,9%.
Este mayor ritmo de crecimiento se produce como consecuencia de la positiva contribución de la inversión privada en inventarios, el gasto público y la exportaciones, que se vieron contrarrestados por la aportación negativa de la inversión fija no residencial, las importaciones y el gasto de gobiernos locales y estatales.
En concreto, las exportaciones aumentaron un 1,1% y el gasto e inversiones del Gobierno Federal aumentó un 9,5%.
El análisis de la Fed
En su habitual análisis de la economía estadounidense, la Reserva Federal de Estados Unidos consideró esta semana que la actividad económica siguió expandiéndose a un ritmo "moderado" en el último mes. Respecto al mercado laboral, el empleo creció en más de la mitad de los doce distritos que recoge la Fed y la mayoría informó de "modestas mejoras en la contratación".
No obstante, el organismo reflejó la preocupación de muchos sectores por la situación del país ante el inminente abismo fiscal. En cualquier caso, ayer mismo el presidente de EEUU, Barack Obama, se mostró confiado en que se podría llegar a un acuerdo con los republicanos incluso antes de Navidad para evitar esta situación.
Según ha anunciado la Fed, hasta que la situación del mercado laboral no mejore de forma "sustancial", el banco central mantendrá su plan de compra de deuda, el llamado QE3.