
El Gobierno lleva días asegurando que ya hay señales que indican avances en la economía española y que dan razones para el optimismo. Sin embargo, el gobernador del Banco de España, Luis Linde, vuelve a poner la nota negativa y afirma que "aún no se perciben mejoras", ni en materia de empleo ni en crecimiento económico.
Durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Senado, el gobernador explicó que la mayoría de las medidas adoptadas son de "naturaleza estructural", por lo que "tardarán tiempo en desplegar" sus efectos.
Así, subrayó que el estado actual de la economía es "delicado" y que las perspectivas de crecimiento no son aún favorables. Si se observan las previsiones de distintos organismos que auguran todavía una contracción de la actividad el próximo año, señaló.
Así las cosas, Linde cree que los ajustes emprendidos son "imprescindibles", pero no descarta que se produzca alguna desviación en el objetivo de déficit para este año, cuando está establecido en el 6,3% del PIB. Según explicó, su cumplimiento dependerá de que las medidas tributarias adoptadas rindan los réditos esperados y compense el pago de la deuda.
El mensaje optimista del Gobierno
En la misma línea se pronunciaba el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, este fin de semana. "¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos tomado esas medidas?", se preguntaba, tras recordar que están poniendo las bases para lograr crecimiento a medio y largo plazo.
El jefe del Ejecutivo destacó que hay algunos datos "buenos" en la economía española, como la balanza comercial positiva con la zona euro, del mismo modo que unos días antes la ministra de Empleo, Fátima Báñez, aseguró que veía "señales de esperanza". "España está saliendo de la crisis. No es un optimismo vacío, se están viendo ya señales esperanzadoras", aseguraba la titular de Empleo.
También Luis de Guindos, ministro de Economía, es optimista con respecto a la evolución de las cuentas del país. Según afirmaba en un artículo publicado recientemente en el Wall Street Journal, la reforma laboral, la reestructuración bancaria y las políticas de consolidación fiscal "están empezando a dar frutos".