
El ministro de Economía español, Luis de Guindos, ha asegurado que defenderá en el Eurogrupo que no haya una quita sobre la deuda griega en manos de los acreedores públicos y que los socios de la zona del euro opten por medidas alternativas.
"Vamos a intentar que no haya quita, hay otras posibilidades, hay un menú de alternativas", ha señalado De Guindos a su llegada a la reunión de titulares de Finanzas de la eurozona (Eurogrupo).
España tiene una exposición a la deuda griega de 25.000 millones de euros derivados de los dos rescates, cantidad que podría verse afectada por una posible quita pública.
El ministro ha considerado que los Diecisiete podrían llegar a un acuerdo esta noche, dado que hay "propuestas bastante avanzadas", en especial sobre la condicionalidad que Grecia deberá asumir dentro de la revisión del segundo rescate financiero.
El ministro español ha indicado, no obstante, que quedan aún por acordar los objetivos que se exigirán a Atenas para la reducción de la deuda pública helena, una cuestión que mantiene enfrentados a los socios de la eurozona con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI instó recientemente a los Diecisiete a asumir pérdidas sobre la deuda griega para hacerla sostenible, tras la primera quita que afectó principalmente al sector privado.
De esta manera, Atenas podría cumplir mejor con la meta de reducir al 120% su deuda pública para 2020, tal y como estaba previsto y exige el FMI.
Dos años de prórroga
Por su parte, la eurozona se decanta por otorgar dos años de prórroga a Grecia para disminuir su deuda pública, que se encamina hacia el 200%.
Pese a estas diferencias, De Guindos mostró su confianza en que se logre hoy un acuerdo "que sea satisfactorio para todos", ya que consideró que éste es necesario para Grecia, pero también para los socios de la moneda única.
"Es muy importante para el futuro de la unión que haya una solución creíble para Grecia", aseguró.
El ministro abogó por buscar "algún modo aliviar el peso de la deuda griega", e insistió en evitar la quita.
Entre las alternativas, se está estudiando desde una nueva reducción de los intereses que la eurozona cobra a Grecia por préstamos bilaterales, hasta una recompra de deuda por parte de Atenas.
Si se reducen los intereses, esto tendría un impacto en las cuentas de los Estados miembros, pues dejaría de recibir unos ingresos previstos, lo que perjudicaría también a España.
También se estudia una prolongación de los vencimientos y que el BCE renuncie a los beneficios obtenidos sobre los bonos griegos que acumula por valor 55.000 millones de euros, estimados en hasta 15.000 millones, y los pase a los bancos centrales nacionales, para que luego los gobiernos se los transfieran a Grecia.