La crisis económica exige cambios en la Unión Europea, transformaciones radicales que hace meses que se estarían gestando en Alemania, cuya canciller cree que no puede haber una auténtica unión fiscal, económica, sin una unión política real.
Ya lo dijo el sábado el ministros de Finanzas germano y candidato a presidir el Eurogrupo, Wolfgang Schaüble: la Unión Europea va a experimentar una rápida y radical integración, que pasa por una fuerte cesión de soberanía nacional.
Hoy, La Vanguardia, bautiza en un artículo el anuncio de Schaüble como una "gran explosión política", un "big bang" al frente del cual coloca a Angela Merkel. Según este periódico, la canciller alemana tiene un plan cuya materialización pasa por un entendimiento con el presidente francés, François Hollande, con quien se reunirá el próximo miércoles en París, en vísperas del encuentro del eurogrupo. Francia se muestra reticente a ceder soberanía a la UE y, en las antípodas de lo que piensa Alemania, cree que primero hay que llegar a una unión fiscal y, luego, avanzar en la unión política.
Berlín, por su parte, defiende que "no es posible que unos se hagan responsables de otros si antes no se cede soberanía a la UE y se asegura que hay un control común de las decisiones nacionales en materia económica", según el rotativo catalán.
Alemania estaría dispuesta a continuar adelante con su plan pese a quien le pese, aunque para ceder soberanía a Bruselas ella misma debería reformar su constitución, empresa que se apunta podría acometer tras las elecciones de otoño de 2013.