
A la espera de que lo que digan los griegos sobre su futuro, y por extensión el del euro, las quinielas sobre quién será el primero en abandonar la divisa única se multiplican. Finlandia es el nuevo candidato a desestabilizar la unión monetaria con su salida, que llegaría este verano. Aunque también podría traer la tan ansiada solución a la crisis.
Matthew Lynn, el columnista de Marketwatch.com, acomete una nueva proyección sobre el futuro de la Eurozona, con nuevo juego de palabras incluido. Según explica, a lo largo de este verano se sucederán nuevos episodios de estrés que protagonizarán España e Italia para terminar de forma tajante con la decisión de Finlandia.
"Esto es lo que podría pasar en verano: un Spanic, seguido de un Quitaly, seguido de un Fixit", asegura el economista. Y explica: "Un nuevo pánico en España que podría ser seguido por las demandas crecientes por parte de Italia de abandonar si no se le ofrecen las mismas condiciones que a sus vecinos mediterráneos, seguido de la salida finlandesa del euro".
Spanic en España
Y es que las turbulencias que azotan a la región comunitaria no están en absoluto zanjadas con los pasos dados hasta ahora, lo que incluye el rescate de hasta 100.000 millones de euros que Bruselas facilitará a España para que sanee su sector financiero. En su opinión, falta por saber cómo se estructurará la ayuda y de dónde provendrán los fondos, que por otra parte podrían no ser suficientes para resolver los problemas del país, que van más allá.
"Está cayendo en una profunda recesión y el gobierno está recortando el gasto rápido, lo que solo puede agravar la recesión. Durante una recesión, las empresas quiebran, el paro crece y los créditos no se devuelven porque la gente no tiene dinero", enumera.
En este punto, señala que tras dos años de crisis, la Unión Europea no ha hecho nada para reparar la situación y apunta a que "todo es siempre pero de lo que parece a primera vista". Así, si finalmente este primer rescate falla, tendrá que acudir a por más fondos, como hizo Grecia, y "habrá una huida masiva de su sistema financiero".
Quitaly en Italia
Por si esto no fuera suficiente, los líderes europeos tienen que lidiar también con la incertidumbre sobre Italia, hacia la que se han trasladado las preocupaciones de los mercados en estos días. Ahí sitúa Lynn es segundo susto del verano. La Quitaly -combinación de Italy, Italia en inglés, y quitting, abandonar en inglés- llegará como consecuencia lógica del rescate a España.
Si finalmente se confirma que los términos del crédito concedido para la banca son tan favorables como se viene especulando, con intereses de entre el 3 y el 4%, Roma reclamará lo mismo para su deuda y para la de sus entidades. Teniendo en cuenta la elevada deuda que pesa sobre las espaldas del gobierno de Mario Monti y las actuales dificultades de financiación, la presión sobre Bruselas para acceder a facilidades como las españolas será creciente desde el país transalpino.
Para el analista, la moneda de cambio en esta negociación sería la misma que ha venido utilizando Grecia: la permanencia en la zona euro.
Fixit en Finlandia
Y así se llegaría al último éxito del verano 2012: la Fixit -unión de Finlandia y exit-. El país nórdico es el candidato perfecto a dejar la región comunitaria, asegura Lynn. ¿Por qué? Porque es un Estado pequeño que, a diferencia de Atenas, sí cuenta con una economía sólida que podría mantenerse por sí sola. Además, el impacto sobre el conjunto de la Unión Europea sería menor, añade.
Otro factor que podría inclinar la balanza es el sentimiento antieuropeísta que ha crecido en los últimos tiempos y que ha llevado a un partido abiertamente contrario a las políticas de Bruselas, los Verdaderos Finlandeses, a colocarse como la tercera fuerza política. En los últimos tiempos, Finlandia ha rechazado ampliar su aportación al fondo de rescate europeo y ha puesto trabas al segundo paquete de ayudas a Grecia, por las que pidió el pago de una fianza.
También se espera que pida un colateral para conceder su parte de los fondos necesarios para España, lo que podría desencadenar una nueva ronda de debates y tensiones en el seno de la UE y devolver a Eurolandia, una vez más, al punto de partida.
Así las cosas, Lynn considera que la marcha de Finlandia no será un trago fácil para la zona euro, pero al mismo tiempo podría mostrar el camino hacia la tan ansiada resolución del conflicto y terminar con la incertidumbre.