
El Gobierno se guardó durante semanas la desviación que ha sufrido el déficit del Estado del año 2011, por culpa del mayor desequilibrio anotado finalmente por tres comunidades autónomas.
Madrid, Valencia y Castilla y León comunicaron hace más de un mes a Hacienda la revisión al alza de sus cuentas, pese a lo cual el Ministerio no lo hizo público hasta el pasado viernes por la noche, y sólo después de que los mencionados Gobiernos regionales colgasen en sus páginas web los planes de ajuste pactados en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, en los que figuraban las cifras definitivas.
Sólo en ese momento, a las diez de la noche, el Ejecutivo reconoció, mediante una nota, que el déficit del Estado del ejercicio pasado quedaba situado en el 8,9%, en lugar del 8,5% inicial.
Las razones por las cuales Hacienda se habría "demorado" a la hora de oficializar la desviación serían varias, pero según fuentes políticas consultadas por elEconomista la más poderosa de todas ellas es el temor a las diversas reacciones que podría desatar la noticia. Preocupa, en primer lugar, el comportamiento de unos mercados hipersensibles respecto a todo lo que suene a España. En este sentido, hoy se verá si los inversores castigan esta nueva desviación y llevan nuestra prima de riesgo, ya en niveles históricos, todavía un poco más lejos.
También preocupa especialmente en Moncloa la reacción de la Comisión Europea, sensiblemente enojada con nuestro Gobierno por la forma en que ha gestionado todo lo relacionado con el déficit. Bruselas ya avisó el sábado de que enviará hoy mismo una misión a España para comprobar la mencionada revisión del déficit.
La argucia de Valencia
Tampoco sale muy bien parado de este asunto el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta. Él ocupó la consejería de Economía de la Comunidad de Madrid hasta finales de diciembre de 2011, cuando Montoro le "ficha" para el Gobierno central, así que la responsabilidad de las cuentas del año pasado de la Comunidad se le puede atribuir prácticamente en su totalidad. Su sucesor en la consejería, Percival Manglano, ha reiterado estos días que él avisó hace ya tiempo de que el déficit era casi el doble de lo declarado inicialmente, en gran medida por el desplome de los ingresos provocado por la recaída de la economía española.
En el caso de Valencia, la comunidad que preside Alberto Fabra, tal y como adelantó en su día elEconomista, introdujo en la liquidación de cuentas del año 2011 numerosas facturas que estaban sin contabilizar, por importe de más de 1.000 millones de euros, y que se habían incluido en el plan de pago a proveedores. De esta manera, dichas facturas no afectarían al déficit de ejercicios futuros, aunque sí obligarían a revisar el cierre del pasado ejercicio. Esta argucia del Ejecutivo de Fabra obligó asimismo a una intensa negociación con Hacienda.
Desde Chicago, Mariano Rajoy quitó importancia a la desviación del déficit, asegurando que es algo habitual en Europa y que lo verdaderamente destacable es la transparencia con la que han actuado las administraciones públicas. En su opinión, el "gran acuerdo de Estado" de las comunidades y el Gobierno para reducir el déficit es "el hito más importante de esta legislatura". "Ya sabemos donde estamos, "a partir de ahí vamos a empezar a construir", manifestó Rajoy en declaraciones a los periodistas a su llegada a Chicago para participar en la cumbre de la OTAN.
Las sospechas de Artur Mas
Desde Barcelona, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se mostró especialmente crítico con este episodio. "Sospechábamos e intuíamos que lo que se presentaba como tan bueno, no lo era tanto, sino que en algún lugar escondían algunos problemas y efectivamente con el paso del tiempo estos problemas han ido saliendo y sobre todo estas desviaciones", señaló.
Cataluña, a diferencia Madrid, Valencia o Castilla y León, "ha actuado con transparencia y verdad". En su opinión, "esconder los problemas sólo los pospone y los hace más graves". "Lo único que lamento es que cuando se tenían que poner las cosas sobre la mesa, todas ellas, parece que no se pusieron del todo", dijo Mas.