
Francia y Alemania tienen 56.000 millones en deuda helena y la banca española sólo 786 millones.
Las cifras del Banco de Pagos Internacionales (BPI) sobre la deuda griega difieren de los cálculos de grupos independientes o de las que las mismas autoridades helenas reconocen. Pese a que es difícil sacar en limpio cuánto debe y quiénes son sus acreedores, las previsiones coinciden en que el Banco Central Europeo y las entidades financieras de la región -con Alemania y Francia a la cabeza- llevan el mayor peso a cuestas. De hecho, una quiebra griega supondría para el BCE un problema en toda regla, con importantes pérdidas, dada su fuerte exposición. Por el contrario, la banca española no sufriría grandes quebrantos si los griegos incumplen los pagos y salen del euro.
Los datos de Bloomberg sitúan la deuda griega -con acreedores públicos y privados- en 400.000 millones de euros. El más expuesto sería el BCE, que ha comprado bonos griegos en el mercado secundario por 55.000 millones de euros, ha financiado los rescates requeridos y le inyecta liquidez a sus entidades. Los bancos centrales europeos -apunta Bloomberg- tienen 104.000 millones de euros en deuda pública griega. Alemania, el mayor contribuyente del BCE, encajaría el golpe más fuerte.
La banca europea, según el BPI, tiene el 87 por ciento de los títulos helenos, equivalentes a 81.500 millones de euros, una cifra que difiere en casi 30.000 millones de la calculada por la agencia especializada. Las entidades financieras de Francia, Alemania y Reino Unido están en una posición más comprometida: poseen 8 de cada 10 euros de la deuda pública que mantiene Grecia con bancos europeos.
Portugal, uno de los países abatidos por la crisis y que tuvo que ser rescatado por la Unión Europea, tiene -según el BPI- 6.336 millones de la deuda griega, el equivalente a 3 por ciento de su PIB. Estados Unidos tiene la mitad de ese monto invertido en títulos helenos.
Países Bajos, Italia y Austria le siguen en la lista de acreedores mil millonarios en la nación que se debate su permanencia en la eurozona y busca margen de maniobra para capear la crisis.
Aunque la cifra de la deuda total de Grecia que reporta el BPI, ente que reúne a los bancos centrales del mundo, es sustancialmente menor que la reportada por Bloomberg, las proporciones de lo adeudado a cada país son similares. De sus datos se desprende que la banca española sería una de las menos afectadas, si se la compara con otros países de la Unión Europea. De los casi 93.500 millones de euros de la deuda helena que registraba el BPI al cierre de 2011, los bancos españoles tienen 786 millones.
Rubén Manso, de Mansolivar & IAX, explica que la banca ha comprado deuda nacional para ayudar al Tesoro y ha sacado de sus balances los bonos de otros países. "Al BCE y a los bancos centrales no les afectaría tampoco, sólo se generaría inflación por la cantidad de dinero en circulación que no se podría recuperar. Los bancos centrales fabrican dinero para comprar la deuda, en cambio los bancos privados se endeudan para comprarla".
Aun así -afirma Manso- el sistema bancario europeo no se tambalearía porque la deuda en manos de los bancos privados ha pasado al BCE. "Quedaron con poca deuda griega, lo que no quiere decir que los impagos les causen algún agujero, pero no será peligroso a estas alturas", opina.
Para Lorenzo Bernaldo del Quirós, presidente del Freemarket, la única manera de que Grecia pueda cumplir con sus obligaciones es salir del euro y hacer una devaluación. De darse un default griego -opina- el BCE debería funcionar como un prestamista (al estilo de la Reserva Federal de Estados Unidos) para evitar el colapso.
"El BCE tendría que establecer un cortafuegos potente para impedir el contagio. Probablemente no será necesario tanto dinero para brindar la liquidez a los que sí están cumpliendo con la disciplina. Si hubieran hecho la operación inicial de dejar quebrar a Grecia habría salido más barato", indica. Coincide en que los bancos más expuestos son los franceses y alemanes, pero insiste en que las cantidades son "peanuts" y las pérdidas podrán ser asumidas.
Jesús Palau, profesor de Finanzas de Esade, recuerda que los bancos alemanes y franceses que posean más bonos griegos seguramente sufrirán bajas de rating por parte de las agencias calificadoras, en vista del riesgo de impago, y podría afectar en cierta medida al resto de la banca europea. "Dependerá del apoyo del BCE, que siempre es solvente, que no haya una crisis. Tendrá que imprimir más euros", dice.
Datos divergentes
A principios de año las autoridades económicas de Grecia señalaban que no sabían con exactitud quiénes poseían los títulos. En marzo, con el proceso de quitas que terminó con el perdón de 53,5 por ciento de la deuda en manos privadas, admitieron que debían 360.000 millones de euros. Ese número coincide con el que presentó en noviembre del año pasado un grupo de economistas del Research on Money and Finance. Sus cálculos -basados en datos del Banco Central de Grecia, el BPI y Barclays Capital- desglosaron la estructura de la deuda griega. Según los investigadores, los bancos griegos tienen la mayor carga, con 55.740 millones de euros. Le siguen las entidades financieras europeas con 52.258 millones; el BCE con 50.000 millones; la Unión Europea con 38.000 millones y los entes públicos helenos con 30.000 millones. Concluyen que los particulares, la Seguridad Social y los pensionistas griegos son los más expuestos.