
Willem Buiter, economista jefe de Citi, ha publicado hoy un informe junto a Ebrahim Rahbari en el que se insta a que los bancos centrales saquen el "helicóptero" para estimular sus economías, con medidas radicales si es necesario, algunas de ellas muy heterodoxas, como la abolición del dinero físico.
"Creemos que los bancos centrales de EEUU, la Eurozona, Japón y el Reino Unido podrían y deberían hacer mucho más" para estimular el crecimiento, aseguran. Y es que el equipo de economistas de la entidad cree que, a pesar de que los tipos de interés están en mínimos y se han embarcado en diferentes políticas heterodoxas para intentar reflotar sus maltrechas economías, no han sido suficientemente agresivos, según recoge la CNBC.
Concretamente, Citi aboga por una solución en tres puntos. Primero, tanto el BCE como el Banco de Inglaterra deberían reducir los tipos a 0 (actualmente están en el 1% y en el 0,5%, respectivamente). En segundo lugar, tendrían que llevarse a cabo "formas más imaginativas" de quantitative easing (compras de activos), adquiriendo algunos o todos los tipos de activos menos líquidos y con mayor riesgo, más allá de la deuda soberana, como el actual programa de compra de deuda soberana en la Eurozona, el denominado SMP.
En tercer lugar, deberían "lanzar dinero desde el helicóptero", lo que implica que las autoridades fiscales se deberían unir a las monetarias para insuflar dinero directamente en sus respectivas economías.
Estos dos últimos puntos (quantitative easing imaginativo y estímulos de la demanda) son los más controvertidos, pero al mismo tiempo, Citi cree que serían los más efectivos para estimular el crecimiento en estas cuatro regiones.
"Hay que probar cualquier cosa"
Desde Citi argumentan que el racionamiento del crédito y los excesivos costes de financiación para ciertos segmentos tanto particulares como empresariales (excepto la banca) y la debilidad de la demanda en las cuatro áreas muestran la necesidad de estas medidas. De hecho, aseguran que tanto las bajadas de tipos como formas más tradicionales de QE como las actuales harán poco por la economía.
Así, a pesar de las dificultades, desde Citi dan pistas sobre algunas medidas estilo "probar cualquier cosa" que se podrían adoptar. Entre ellas destaca "la abolición completa de la moneda y la transición al dinero electrónico, en el que se pueden pagar tipos de interés negativo tan fácilmente como positivo". Asimismo, retoman la posibilidad de poner un impuesto sobre los billetes, una idea que ya surgió en la era de la Depresión tras el crack del 29.
Con todo, la firma reconoce que este tipo de movimientos tan drásticos no son tan necesarios, especialmente en EEUU y Reino Unido como en 2008, y en el segundo caso apunta a la fuerte inflación que padece el país, lo que haría pensar que incluso son necesarios tipos más altos. Además, admite que mientras las recesiones plantean problemas para financiar las pensiones, también lo hace periodos largos de tipos tipos de interés muy bajos.
A pesar de ello, la firma insiste en que los beneficios una acción drástica como la que proponen superan los eventuales costes. Citi alerta de que los problemas de compras de activos actuales verán sus efectos disminuidos con el tiempo, y que incluso duplicando o triplicando su tamaño no se multiplicará apenas el efecto.
Estímulo de la demanda, el camino más probable
De hecho, mantiene que tanto EEUU como Reino Unido deberían dejar de comprar deuda del gobierno y seguir el camino de Europa comprando activos menos líquidos y/o de mayor riesgo. Eso sí, Citi dice claramente que duda mucho de que se vaya a tomar un camino ni medianamente tan agresivo como el que propone.
Sin embargo, apuntan a que sí que puede haber acuerdo en cuanto a los impuestos. Cree que su propuesta de "lanzar dinero desde el helicóptero" podría tomar la forma de inversión en infraestructuras, pagos directos del gobierno a las familias o rebajas de impuestos temporales, medidas que se financiarían con un incremento de la base monetaria.
Estas estímulos, explican, se diferencian de una rebaja de impuestos directa que reduce el tamaño del gobierno, se trata de un programa de estímulo de la demanda.
¿Y por qué no imprimir billetes sin límites para reducir? Citi pone precauciones y estima que el máximo déficit que pueden financiar la Eurozona y EEUU sin disparar la inflación es de alrededor del 2% del PIB, "lejos de lo que los sueños de monetización están hechos".
Las objeciones políticas a las medidas
Sin embargo, la CNBC recuerda que estas medidas tienen dos inconvenientes graves que hacen que las autoridades políticas sean poco proclives a tomarlas. El primero es el miedo a lo conocido, más concretamente la inflación.
Y es que los problemas de hoy en día son muy diferentes a los problemas de oferta que afectaron al crecimiento y dispararon los precios en los 70 y los 80, pero todavía hay muchas voces que no lo ven. Además, la gente que padeció procesos inflacionistas tiene lógicas reservas.
Pero además, se defiende que la deflación podría ser más útil que la inflación continuada, el problema es que las economías avanzadas no están preparadas para gestionar la deflación, especialmente la de los salarios. Asimismo, no es lo mismo una deflación asilada que una deflación unida a grandes cantidades de deuda, que es la situación actual.
El segundo miedo es el miedo a lo desconocido. Como analiza la CNBC, Citi está pidiendo básicamente que los bancos centrales prueben cualquier cosa para intentar impulsar el crecimiento. El problema aquí es que los gobiernos no están preparados para trabajar así, teniendo que explicar a la opinión pública, a otros partidos, incluso a sí mismos...
Los políticos son quizá la gente que menos proclive al enfoque de intentar cualquier cosa, especialmente por las consecuencias inesperadas, que al fin y al cabo serán por las que sean recordados, concluye la cadena.