
En enero de este año, Morgan Stanley anunció que había recortado su exposición a Italia en 3.400 millones de dólares (unos 2.600 millones de euros). Lo que no dijo es que el país transalpino pagó esa cantidad entera para deshacerse de unos derivados de los años 90.
Según publica Bloomberg, que desvela la operación, este dinero equivale a casi la mitad de lo que va a recaudar el gobierno de Monti con la subida del IVA en 2011 y 2012 (esperaba casi 5.000 millones al elevarlo del 20 al 21%) y vuelve a demostrar los riesgos de los productos que utilizaron los países para intentar reducir sus costes de financiación.
Italia ha sido uno de los más afectados, ya que ha perdido más de 31.000 millones de dólares con sus derivados según los actuales precios de mercado, de acuerdo con los datos recogidos por la agencia estadounidense.
Sin embargo, a pesar de todo, a Italia le habría costado más dinero mantener estos derivados que pagar por deshacerse de ellos.
"Estas pérdidas demuestran la naturaleza especulativa de estos acuerdos y la supremacía de la banca sobre el gobierno", aseguró el senador italiano Elio Lannutti, que además es presidente del grupo de defensa del consumidor Adusbef.
Estos acuerdos datan de mitad de los años 90, cuando la deuda pública italiana superó el billón de euros. Entonces, el país comenzó a utilizar swaps, o permutas financieras, de tipos de interés y swaptions (opciones para entrar en un swap) para intentar reducir el coste de su endeudamiento, según las fuentes de Bloomberg.
Los swaps son básicamente contratos financieros entre dos partes que se comprometen a intercambiar determinadas cantidades de dinero durante un periodo de tiempo, normalmente referenciadas a tipos de interés.
Muchos de los bonos que emitió entonces tenían vencimientos de 5 o 10 años, algunos con cupones de hasta el 10%, y gracias a estos swaps pudieron alargarse a 30 años o incluso más. Además, utilizó las emisiones de swaptions para pagar sus deudas.
Estos swaps, que normalmente seguían al bund alemán, se hundieron a partir de 2008 y la volatilidad de las opciones se incrementó, con lo que Italia se vio que debía dinero a los bancos por sus derivados.
Pero no solo Morgan Stanley entró en este tipo de acuerdos, los otros cuatro grandes de EEUU, Goldman Sachs, Bank of America, Citigroup y JP Morgan también tienen contratos de derivados con Italia por un total de 19.500 millones de dólares.