
Entender los ciclos económicos y de crédito no es nada fácil. Pero Ray Dalio, el fundador de uno de los hedge funds (Bridgewater) más rentables del mundo propone un ejercicio para hacerlos más compensibles incluso para los más inexpertos. Establecer una analogía con el famoso juego del Monopoly.
Lo primero que hay que tener claro es que durante la primera parte del juego "la propiedad es el rey", en la medida en que todos los jugadores convierten su dinero en inversiones. Durante la segunda parte, "el efectivo es el rey". En esta fase, muchos jugadores están obligados a desprenderse de sus propiedades para pagar las facturas pendientes. En la actualidad, estamos en la segunda parte del juego, señala Dalio en declaraciones que recoge Business Insider.
Según explica, un ciclo no es más que una secuencia lógica de acontecimientos que conducen a un patrón repetitivo. En una economía capitalista, los ciclos de expansiones y contracciones en el crédito impulsan los ciclos económicos y se producen por razones perfectamente lógicas. Cada secuencia no está predestinada a repetirse exactamente de la misma manera, ni a tener exactamente la misma duración, aunque los patrones son similares.
En su opinión, saber jugar al Monopoly ayuda a entender los ciclos económicos y de crédito. Al principio, los jugadores tienen una gran cantidad de dinero en efectivo y pocos hoteles. En ese momento merece la pena invertir ese efectivo en propiedades inmobiliarias (casas u hoteles). El jugador que tenga más propiedades ganará más dinero, sacando provecho del dinero que le tenga que pagar el jugador que caigan en su casilla.
A medida que el juego avanza, se adquieren más hoteles, lo que crea, a su vez, una necesidad mayor de dinero para pagar las facturas al caer en una casilla de otro jugador repleta de propiedades.
Pero, ¿qué ocurre si un jugador se queda sin liquidez? Se ve obligado a vender sus propiedades a precios reducidos. De este modo, al principio del juego "la propiedad es el rey" y más tarde "el efectivo es el rey". Los mejores jugadores serán aquellos que consigan llevar a cabo la combinación adecuada de propiedades y dinero en efectivo.
Pero el ejercicio de Dalio va más allá. En este sentido propone imaginar cómo funcionaría el Monopoly si se cambiara el papel de la banca y pudiera conceder préstamos y tomar depósitos. Los jugadores podrían pedir prestado dinero para comprar hoteles. Además, depositarían su dinero en el banco para ganar intereses, mientras que la banca tendría más dinero para prestar.
También invita a imaginar que los jugadores pudieran comprar y vender propiedades entre sí, concediéndose créditos con la promesa de devolver el dinero más adelante.
Se gastaría más en propiedades inmobiliarias que se financiarían con la promesa de entregar el dinero en una fecha posterior. La cantidad adeudada crecería rápidamente a múltiplos de la cantidad de dinero en existencia, el precio de los hoteles sería más alto y la escasez de efectivo para los deudores sería mayor. Por lo tanto, los ciclos serían más pronunciados.
La banca y aquellos que ahorraron depositando su dinero en ella también tendrían problemas cuando la imposibilidad de cubrir las necesidades de efectivo provocase retiradas de dinero al mismo tiempo que los deudores se quedan sin efectivo para pagar al banco. Básicamente los ciclos económicos y de crédito funcionan de esta manera, sentencia Dalio.