
"¿Ha ocurrido un evento de crédito en Grecia?". Esta cuestión fue planteada el viernes a la Asociación Internacional de Derivados y Swaps. Recibir una pregunta así era el requisito que hacía falta para que este organismo entrara a evaluar si el canje de deuda acordado entre Grecia y sus acreedores privados supone un impago (default). El veredicto, previsto para hoy, se dará a conocer mañana, según ha anunciado la asociación.
Más allá de representar un trámite técnico, la relevancia de la decisión es mayúscula. La Asociación Internacional de Derivados y Swaps (ISDA, por sus siglas en inglés) tiene dos opciones: la primera, concluir que sí supone un evento de crédito o impago; y la segunda, declarar que no lo es. ¿Qué diferencia hay? Si entiende que lo es, dará el visto para que los seguros de crédito (CDS) sobre la deuda helena se activen; si resuelve que no constituye un evento de crédito, no se activarán.
Dicho de otro modo, en el primer caso, los inversores que tengan CDS griegos recibirán la correspondiente compensación por poseer ese producto; en el segundo, sufrirán pérdidas porque tendrán un seguro que no les protege.
Lehman en el recuerdo
Para los expertos, los impactos del veredicto son incalculables. "Si la ISDA activa los CDS se abrirá una Caja de Pandora cuyo contenido desconocemos. ¿Quién ha vendido estos seguros? ¿Cuántos hay? En un momento de ajustes de capital como el actual, las entidades que tengan que hacer frente al pago de la protección vendida pueden sufrir tensiones sobre su solvencia", avisa Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
Y añade: "No tiene por qué ser un nuevo caso Lehman -en alusión a la quiebra del banco Lehman Brothers en 2008-, pero sí es cierto que desconocemos con exactitud cuál es el volumen de CDS sobre deuda griega, como pasó con Lehman". Coincide José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. "La cascada de consecuencias potenciales es imprevisible porque, como con Lehman, se ignora cuál es el riesgo real", advierte.
En caso de no activar los CDS, también hay riesgos. "Los inversores dejarían de confiar en los CDS, porque no les protegerían", sostiene Bernal. Otras fuentes comentan que esa decisión también podría provocar una estampida de inversores de la deuda periférica.