
No existe otra opción. Si los griegos quieren democracia no les queda más remedio que hacer default. De lo contrario deberán acatar las órdenes impuestas por los dirigentes europeos sin tener capacidad para decidir quien les gobierna, asegura Wolfgang Münchau en un artículo de opinión en el Financial Times. Holanda se muestra a favor de que haya una troika permanente en Atenas.
En este sentido, el columnista recuerda que el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, planteó hace unos días que Grecia debía posponer las elecciones previstas para abril como condición para obtener más ayuda. "Estamos en el punto donde el éxito ya no es compatible con la democracia", apunta Münchau, que dice que Grecia podría ser la primera colonia de la zona euro.
Pero el dilema de Schauble es comprensible porque tiene un deber para con su parlamento y se le pide que firme un programa que duda que vaya a funcionar. La desconfianza del titular de Finanzas alemán también es comprensible si se tiene en cuenta que Grecia tiene un pobre historial en la aplicación de las políticas acordadas. Sin embargo, para superar esta situación se está exigiendo al país heleno garantías que son increíblemente extremas.
No obstante, la propuesta de posponer las elecciones solo podría tener sentido como una provocación intencionada para causar una reacción extrema en Atenas. Y si ese era el objetivo parece estar funcionando.
De hecho, el presidente de Grecia, Karolos Papoulias, se preguntó la semana pasada quién se creía Schauble para insultar a su país, mientras que el titular de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, dijo que algunos de los socios europeos querrían ver a Grecia fuera de la Eurozona. No pasa un solo día sin que aparezca en la prensa griega una caricatura de Merkel y Schauble con uniformes nazis, mientras que hace poco más de una semana, en una nueva jornada de huelga general, un grupo de jóvenes comenzaron a prender fuego a una bandera alemana y a una con la esvástica nazi para mostrar su indignación contra los recortes.
Un alto funcionario alemán ha asegurado al FT que preferiría que el país abandonara el euro, mientras que los diputados alemanes no paran de mostrar su indignación por estos últimos escándalos en Grecia.
La estrategia de suicidio asistido
La situación pone de relieve la vulnerabilidad política de la actual estrategia de rescate de la Eurozona. Y es que alguien que pide un aumento de su paquete de rescate debería recordar que la solidaridad entre gobiernos está a punto de agotarse, recuerda Münchau.
La trasferencia de cientos de miles de millones de euros no puede hacerse simplemente sobre una base intergubernamental, donde Alemania, Holanda y Finlandia, por ejemplo, pagan por Grecia, Portugal e Irlanda. La razón por la que el sistema actual se está rompiendo es la pérdida de la confianza mutua, algo que estrecha las opciones políticas para una resolución de crisis.
Así las cosas, parece que la estrategia alemana es la de hacerle la vida insoportable a Grecia con el fin de que los propios griegos se quieran salir de la zona euro. Sería una estrategia del suicidio asistido que es extremadamente peligrosa e irresponsable, sentencia Münchau.