
Los líderes de los países de la Eurozona ultiman un acuerdo para proporcionar 150.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de préstamos bilaterales de los bancos centrales nacionales europeos, que operan bajo el paraguas del BCE, con el objetivo de contar con un nuevo instrumento para combatir la crisis de deuda y frenar el contagio a España e Italia, según han informado fuentes europeas.
Este crédito podría completarse con otros 50.000 millones de euros de los Estados miembros que no forman parte del euro.
Los rumores surgidos en los últimos días ya apuntaban que el préstamo podría elevarse a los 200.000 millones de euros. En una reunión del Eurogrupo del pasado 29 de noviembre, a la que atendió el presidente del BCE Mario Draghi, los ministros de Finanzas de la Eurozona dieron el visto bueno al plan, según las fuentes.
Esta nueva propuesta, de la que se comenzó a hablar a mediados de noviembre, permitirá a los bancos centrales nacionales dar fondos al FMI para que lancen líneas de crédito para países como Italia y España, actualmente los dos más vulnerables en la Eurozona, segun las fuentes.
Sería, además, la opción elegida para inyectar fondos a los países en problemas sin violar las normas europeas, que impiden a los bancos centrales financiar directamente a los gobiernos.
Este nuevo programa de préstamos vía FMI no sería un sustituto al incremento de las compras de bonos soberanos por parte del BCE que países como España han demandado con fuerza.
¿Dos fondos de rescate en la UE?
Además, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE negocian combinar los 440.000 millones de euros del fondo de rescate temporal y los 500.000 millones del mecanismo permanente de asistencia financiera, cuya entrada en vigor se adelantará a 2012, en lugar de 2013 como estaba previsto.
El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha propuesto además dar licencia bancaria al fondo permanente, lo que le permitiría recurrir a la financiación del Banco Central Europeo (BCE) y aumentar así su potencia mediante el apalancamiento.
No obstante, Alemania sigue resistiéndose tanto a la combinación de los dos fondos como a la licencia bancaria para el mecanismo permanente.