
A pesar de que la economía de la UE está casi condenada a la recesión, crecen las esperanzas de que EEUU logrará escapar a lo peor de la crisis de deuda soberana y seguirá moviéndose en una trayectoria de crecimiento lento. Y "lento" es la palabra clave, porque incluso los economistas más optimistas no esperan que el crecimiento en 2012 supere el 2,5%.
Pero incluso eso supone una mejora del sentimiento respecto al de hace apenas unas semanas, cuando los miedos iban desde una recesión mediana hasta la depresión, porque la combinación de los problemas de deuda global y nacional parecían asegurar una crisis inminente.
"Una recesión europea mediana ya está probablemente descontada y la mayoría de las naciones periféricas ya están en recesión", afirma Peter Cardillo, economista jefe de Rockwell Global Capital. "El hecho de que podamos tener algún tipo de plan coordinado de la UE en la próxima cumbre ayuda a suavizar una severa recesión en Europa. Eso significa que seguiremos creciendo a un ritmo modesto en EEUU".
La propia razón para la esperanza es poco alentadora: los últimos indicadores económicos han mostrado aumentos de la confianza del consumidor, los precios de la vivienda y, por encima de todo, del desempleo. De los 21 datos conocidos la semana pasada, 10 batieron las expectativas, 9 se quedaron por debajo y dos las cumplieron. No es exactamente el entorno para un boom económico, pero al menos devuelve a EEUU del borde del abismo.
"Mientras la deuda europea parece controlar los mercados en el día a día, los titulares están ocultando la que es probablemente la tendencia macro más inadvertida de 2011, que es un cambio en el liderato económico desde el resto del mundo hacia EEUU", asegura Paul Hickey, de Bespoke Investment Group.
"Mientras el resto del mundo se está hundiendo, la economía de EEUU está mejorando lentamente", sentencia.
Hay un cambio de sentimiento
Incluso los bajistas más recalcitrantes empiezan a reconocer que, aunque la economía norteamericana tiene mucho que superar, puede sobrevivir, al menos por ahora, a una recesión en Europa.
David Rosenberg, estratega de Gluskin Sheff, hace poco denominaba la situación como una "depresión de los tiempos modernos". Pero en una nota de análisis de la semana pasada, reconocía que le ha superado el "tono sólido" de los últimos datos en EEUU. "Si esto continúa en el primer trimestre de 2012, entonces la recesión quedará descartada y tendremos que reconocer que la economía norteamericana se ha vuelto de teflón", añade.
Pero no saldrá inmune de la recesión en Europa, sobre todo por culpa de las exportaciones norteamericanas a nuestro continente. "En el peor escenario, podría devolver a los mercados de crédito a la parálisis y llevar a la economía de nuevo a la recesión", según Paul Dales, economista de Capital Economics.
"No obstante, desde una perspectiva de EEUU, la crisis tiene razonablemente menos peligro que la crisis mexicana de 1994 o la crisis asiática de 1997. Los intercambios comerciales con los países periféricos de Europa son pequeños y la contracción del PIB de la zona euro se espera que sea moderada", añade.
La prueba del algodón de esta mejora de expectativas es que Goldman Sachs se ha vuelto tan optimista como para elevar sus previsiones para el PIB del cuarto trimestre hasta el 2,5% desde el 2% anterior. Para 2012, Goldman espera un crecimiento de sólo el 1,6%, pero sin ningún trimestre de crecimiento negativo.