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Los augurios pesimistas que hablaban de una fuerte desaceleración económica en Estados Unidos han resultado ser incluso optimistas a tenor de los datos. El Producto Interior Bruto (PIB) del país norteamericano se incrementó un 0,6% en el último trimestre de 2007, la mitad de lo esperado por el mercado, que está pendiente de lo que ocurra en la reunión de hoy de la Fed.
La economía de estadounidense creció un 4,9% en el trimestre precedente, por lo que la desaceleración es seria. Según los datos avanzados hoy por el Departamento de Comercio, ya que la cifra se revisará posteriormente en dos ocasiones, el PIB estadounidense se incrementó en el conjunto de 2007 un 2,2% frente al 2,9% de 2006, el ritmo más lento desde 2002.
"El número del PIB fue ciertamente más débil de lo esperado. No suministra una buena plataforma de lanzamiento para el PIB del primer trimestre, durante el cual esperaríamos ver algo en territorio negativo", ha señalado Kevin Flanagan, estratega de Morgan Stanley.
La fuerte desaceleración sufrida por la economía estadounidense en el cuarto trimestre refleja principalmente la caída en la inversión empresarial, del sector residencial y la desaceleración de las exportaciones de EEUU, así como la bajada del consumo personal y el menor gasto por parte de las autoridades federales, que se vio parcialmente compensado por una disminución de las importaciones y el mantenimiento del gasto público por parte de las autoridades locales.
En concreto, el consumo personal registró un crecimiento del 2% en el cuarto trimestre, lo que representa ocho décimas menos que en el trimestre anterior. El gasto en construcción de casas nuevas se desplomó un 23,9% en el cuarto trimestre, la mayor caída en 26 años, tras haber descendido un 20,5% en los tres meses previos. Durante todo el 2007, el gasto residencial se contrajo un 16,9 por ciento, el peor desempeño anual desde 1982.
Presión inflacionista
El componente de precios del dato creció un 2,6% y se situó en línea con lo previsto por el mercado, pero por encima del 1% de los tres meses anteriores. Por su parte, el índice preferido por la Fed para medir la inflación, el PCE subyacente, que está unido al gasto de los consumidores y que no tiene en cuenta los alimentos ni los costes energéticos, subió hasta el 2,7%, por encima del rango que tiene como objetivo este organismo de entre el 1 y 2% y el nivel más alto en seis trimestres.
"El dato de inflación muestra claramente que la Fed no está a salvo a la hora de alcanzar la estabilidad de precios", considera Richard DeKaser, economista jefe de National City en Cleveland.