
El presidente de EEUU, George W. Bush, ha presentado un paquete de medidas fiscales "urgentes" por importe de 145.000 millones de dólares para reactivar la maltrecha economía del país. El mandatario pretende, mediante una serie de recortes de impuestos, incrementar la renta disponible de los consumidores y de las empresas para incentivar el consumo y la inversión. El anuncio no ha conseguido 'resucitar' a las bolsas neoyorquinas, que han vuelto a cerrar con caídas
"Nuestra economía tiene fundamentos sólidos, pero hay áreas realmente preocupantes", ha señalado Bush en un discurso en la Casa Blanca. "Mis asesores y muchos expertos esperan que nuestra economía continúe creciendo a lo largo del próximo año, pero a un ritmo menor del que hemos tenido en los últimos años. Y existe el riesgo de una caída", ha reconocido.
Bush cree que estas medidas adicionales son necesarias para impulsar a la economía y afirma que un paquete de estímulos fiscales por un importe cercano al 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) debería aplicarse de forma "rápida y directa".
En los últimos días, varias firmas de inversión han anticipado que el crecimiento del país en el último trimestre del año cayó del 4,9 al 1 por ciento, y han advertido de que la economía puede entrar en recesión a lo largo del 2008 por el daño que está haciendo la crisis inmobiliaria, la restricción del crédito y el alto índice de desempleo.
Incentivar el consumo
La administración está considerando un plan que podría incluir una devolución de 800 dólares a los contribuyentes individuales y 1.600 dólares para las familias, mientras que para las empresas podría permitir deducciones fiscales por sus inversiones en bienes de equipo.
El Ejecutivo estadounidense tiene como principal objetivo estimular el consumo de los ciudadanos, principal motor de la economía del país ya que supone aproximadamente el 70% del PIB.
En el año 2002, cuando el país estaba sufriendo todavía los efectos de la recesión del 2001 y de los ataques terroristas, el Gobierno estadounidense aprobó una medida similar, que permitió a cada cabeza de familia recibir 600 dólares, o 300 si no tenía carga familiar.
La Fed pide ayuda
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, realizó ayer una llamada de socorro al Congreso para que le ayude con estímulos fiscales a evitar una temida recesión económica, con lo que reconoció implícitamente que él solo no puede evitar la caida económica.
"Una acción fiscal podría ser útil en principio, ya que el estímulo fiscal y el estímulo monetario, juntos, podrían otorgar un apoyo más amplio para la economía que las medidas monetarias por sí solas", señaló Bernanke en un discurso ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense.
Bernanke precisó, eso sí, que estos "estímulos fiscales" tendrían que ser "rápidos", de carácter temporal, y "eficaces" ya que "podrían ser contraproducentes si provocaran demasiados gastos".