Los informes económicos encargados por el PP a un grupo de asesores son contundentes: es necesaria una acción enérgica para enderezar el país en el menor tiempo posible y disipar cualquier duda de los mercados. El camino para ellos, según estos asesores, es realizar un ajuste fiscal equivalente al 2,5% del PIB, es decir, unos 25.000 millones de euros. Los impuestos centran los programas | ¿Qué hay en juego el 20-N?
"La tormenta que golpea con crudeza a la economía mundial ha puesto de manifiesto, en las últimas semanas, que la confianza de los mercados ya no se recupera con simples anuncios. Los ejemplos más claros son los de Grecia o Italia. Ya nadie se cree las promesas de austeridad que hacen sus políticos. Ahora los inversores exigen hechos concretos. Por eso, si el PP gana las elecciones del 20 de noviembre, tendrá que actuar de forma inmediata y contundente, aplicando medidas inequívocas". La sentencia, literal, es de uno de los expertos económicos a los que el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, ha encargado informes para establecer cuáles van a ser sus prioridades cuando llegue a La Moncloa. El objetivo es enderezar en el menor tiempo posible el rumbo del país.
Las propuestas han empezado a llegar a la mesa del que se prevé que va a ser el próximo jefe del Ejecutivo. Y sobre todas ellas destaca una que los asesores consideran ineludible: realizar un ajuste fiscal lo bastante contundente como para disipar cualquier duda que pudiera existir en los mercados respecto al compromiso del nuevo Gobierno con la estabilidad presupuestaria. "Hay que acallar de una vez las voces que dudan de nuestra solvencia", señalan las mismas fuentes. Los expertos consultados por el PP consideran que para lograr dicho efecto, el ajuste deberá ser equivalente al menos al 2,5 por ciento del Producto Interior Bruto español, lo que supone unos 25.000 millones de euros.
Dicho ajuste se centraría especialmente en el capítulo del gasto y, en concreto, en lo que se refiere a las infraestructuras. La inversión en este epígrafe ya ha sufrido importantes tijeretazos en los últimos ejercicios, pese a que en su momento Zapatero se propuso que la obra pública se convirtiese en el nuevo motor de la economía española, en sustitución de la construcción de vivienda, responsable en gran medida del fuerte crecimiento español de los últimos años.
En 2010 el Estado -de forma directa o a través de entes públicos como Adif o Aena- dedicó a infraestructuras de diversa índole más de 21.000 millones de euros. Esta cantidad se redujo drásticamente, hasta los 14.600 millones, en el Presupuesto del ejercicio de 2011. De esta manera, el ajuste se deberá aplicar en varios ejercicios, aunque su planificación debe quedar clara desde un primer momento.
Los asesores, no obstante, han recomendado a Rajoy que no descarte tampoco atacar el ajuste fiscal desde el punto de vista de los ingresos. En concreto, apuntan la posibilidad de abrir el debate sobre el copago sanitario, una fórmula de financiación que salta a la palestra de forma recurrente y que en otros países en crisis se ha empezado ya a aplicar. Algunas comunidades autónomas han apuntado esta posibilidad, mientras que el propio Rajoy encargó a la fundación Faes, que preside Aznar, la elaboración de un informe sobre el copago, cuya publicación está prevista para después de los comicios.
Entre los asesores del PP existe también la idea clara de que el nuevo Gobierno debe renunciar, al menos en una primera fase, a subir los impuestos. La posibilidad, barajada, de incrementar el IVA iría en contra de los planteamientos del partido, que criticó esta medida cuando fue adoptada por Zapatero en julio de 2010. Además, tendría efectos negativos sobre la demanda y el consumo interno, ya de por sí muy deteriorados por culpa de la crisis.
No obstante, el calado de las medidas que adopte el PP cuando llegue a La Moncloa no está todavía claro. Todo dependerá del margen con que se imponga en las urnas. En cualquier caso "es imprescindible una acción de gobierno decidida. Si Mariano Rajoy lo hace bien, España puede liderar la recuperación de la confianza en el euro", aseguran los asesores de los populares.
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