
El metal precioso se ha convertido por méritos propios en uno de los claros ganadores de la actual incertidumbre que sacude al mercado- hoy marca nuevos máximos históricos en 1.763 dólares-. Pero la única manera de beneficiarse de la revalorización que está protagonizando no es la de comprar lingotes; también las mineras que se encargan de su explotación ofrecen buenas oportunidades.
Burbuja. Un concepto que, en términos financieros, se aplica a aquellos activos cuyos precios suben exageradamente sin que detrás de esas subidas haya ninguna razón fundamental. Este sobrenombre se ha aplicado en los últimos años al sector inmobiliario, a la deuda pública y más recientemente al oro. No en vano, el metal precioso no sólo es de los pocos activos que no se ha librado de las pérdidas en la última década (su precio se ha revalorizado un 646 por ciento hasta los 1.665 dólares por onza, máximo histórico), sino que también es de los pocos refugios que no decepcionan al inversor -en 2011 gana un 20 por ciento y hoy marca un nuevo máximo histórico en los 1.763 dólares-.
Pero el espectacular comportamiento que está teniendo el oro no sólo beneficia a quien comprara en su día lingotes o productos que repliquen físicamente el comportamiento del metal. También está favoreciendo, y mucho, a las compañías mineras que se encargan de su extracción. Lo venden cada vez más caro y esto se traduce en aumentos considerables de sus ingresos. Por ejemplo, el beneficio de African Barrick Gold ha aumentado un 21 por ciento en el primer semestre y se espera que cierre 2011 con un incremento del 28 por ciento y Goldcorp, uno de los mayores productores de oro del mundo, ha presentado un incremento en su beneficio en el segundo trimestre del año que duplica el del mismo periodo del año anterior.
De cara al accionista, esto no sólo supone un abaratamiento en términos de PER (número de veces en que el beneficio está contenido en el precio de la acción), sobre todo teniendo en cuenta que son más las que acumulan pérdidas que ganancias en bolsa en 2011. También invita a soñar con que buena parte de estos incrementos de beneficios se traduzcan en aumentos de dividendos. Una posibilidad que compañías como Newcrest Mining o African Barrick Gold ya han convertido en realidad. La primera ha subido su dividendo trimestral un 50 por ciento, hasta 0,30 centavos, y la segunda lo ha duplicado hasta 0,32 centavos por acción. Y todo apunta a que no serán las únicas, ya que el consenso de analistas que recoge FactSet estima que todas las mineras de oro que ofrecen dividendos a sus accionistas los incrementarán este año ¡en un 68 por ciento de media!
Los fundamentales, por tanto, acompañan a estas compañías. Pero ¿responden también en bolsa? La realidad es que, aunque en el último mes de infarto para las bolsas muchas acumulan rentabilidades positivas, son pocas las que consiguen aguantar con números verdes en el conjunto del año. Una de las razones que explican esta llamativa descorrelación entre el oro y las mineras (históricamente han estado siempre muy correla- cionados, ya que estas compañías acumulan a diez años ganancias medias en bolsa del 1.125 por ciento frente al 646 por ciento del oro) es el incremento de los costes de extracción a los que han tenido que hacer frente. "Los inversores se están centrando más que nunca en los incrementos de los costes de extracción, lo que supone un aumento de sus costes operativos. Aunque no es una buena noticia, tampoco justifica el mal comportamiento que están teniendo las compañías mineras en bolsa, por lo que ofrecen buenas oportunidades de compra", afirma Johanna Keller, gestora del fondo de Lombard Odier, LO Fund World Gold Expertise.
De hecho, pocos sectores concentran tantas recomendaciones de compra por parte de los analistas como el de mineras especializadas en oro. De las 16 que incluye FactSet dentro de este grupo, 15 cuentan con un consejo de comprar sus títulos. Además, siete de ellas ofrecen un potencial para los próximos doce meses superior al 30 por ciento. Por no mencionar que su principal activo, el oro, sigue siendo un bien que cada vez está más limitado ya que mientras que la demanda no para de crecer, la oferta tiende a estancarse -de hecho, Goldcorp ha recortado en un 6,5 por ciento su estimación de producción del metal para este año debido, entre otras cosas, al aumento de sus costes operativos-.
Si finalmente todos estos fundamentales se traducen a la cotización de las mineras, fondos como LO Fund World Gold Expertise o BGF World Gold pueden ser buenas alternativas para beneficiarse de ello, ya que están entre los tres más rentables del sector a medio plazo, con rentabilidades que superan el 10 por ciento anual.