
La etapa reformista de Rodríguez Zapatero ha concluido. Ni siquiera la presión de Angela Merkel podrá hacer que el todavía presidente del Gobierno lleve un real decreto con nuevos recortes al Consejo de Ministros con el fin de que la tormenta de los mercados amaine. Al menos, ésta es la intención que el presidente del Gobierno le trasladó al portavoz parlamentario de CiU, Josep Antonio Duran i Lleida, en un encuentro mantenido el pasado martes, según fuentes cercanas al Ejecutivo.
En el tramo final de su segunda legislatura y tras haber renunciado a presentarse de nuevo a las elecciones, Zapatero tan sólo debe decidir cuándo será su salida de Moncloa. Ésta dependerá de la situación económica y la estabilidad de la Unión Europea y, por supuesto, intentará causar el menor daño posible a su partido. Si los mercados continúan su pulso..., Zapatero saldrá de Moncloa antes de imponer más recortes. Si no, esperará que los barones del PP, presionados por la difícil situación de las cuentas públicas y la necesidad de recortar el gasto, desacrediten el discurso de centro que defiende su candidato a la presidencia.
Cita con las urnas, en otoño...
Así que, en el peor de los casos, el presidente del Gobierno no dudará en disolver el Parlamento y adelantar las elecciones al mes de noviembre si la crisis griega se complica, según confirmó a Duran i Lleida en la mencionada reunión.
Actualmente, el segundo rescate a Grecia continúa estancado, a espera de que los países del euro logren alcanzar un consenso, que ni siquiera se hace tangible en la designación de la fecha para la Cumbre urgente de jefes de Estado y de Gobierno. Mientras, las discrepancias de los principales líderes europeos golpean las bolsas europeas -el Ibex 35 se sitúa cercano a su mínimo anual-. La credibilidad española se tambalea y la prima de riesgo (el marcapasos de Zapatero) alcanza máximos históricos (375 puntos básicos, el martes por la mañana). Además, Italia se sitúa también en el ojo del huracán y las agencias de calificación continúan lanzando órdagos a Bruselas.
En caso de que la situación empeore, es decir, que la eurozona no decida una solución para proteger a España e Italia de las especulaciones, la estrategia del jefe del Ejecutivo es adelantar la cita con la urnas. Entonces, será Mariano Rajoy quien tenga que meter la tijera, llevar a cabo las reformas necesarias y asumir el desgaste político y sobre todo social que eso conlleva.
...o aferrarse hasta marzo
Pero Zapatero también tiene un plan B. Si la Unión Europea aprueba el segundo rescate a Grecia, Silvio Berlusconi cumple su plan de saneamiento, no hay sustos en Portugal e Irlanda y los test de estrés a las entidades bancarias no acarrean demasiadas sorpresas, es previsible que la presión sobre España ceda, con lo que el presidente continuará en su puesto hasta el mes de marzo, fecha en la que concluye su legislatura.
Claro está, que los datos de la economía española del cuarto trimestres de 2011 y las primeras pinceladas del primer trimestre de 2012 no beneficiarán al candidato socialista, que no podrá venderse como el presidente responsable que sacará al país de la crisis.
Pero Rubalcaba ya cuenta con esa posibilidad. Así que, excepto con la inapropiada frase de "yo sé cómo crear empleo", el candidato ha dirigido su campaña a la izquierda, sobre todo a los votos que el PSOE suele tomar prestados del partido de Cayo Lara. Será el protector del pueblo frente a los banqueros y más tarde seguramente frente al PP.
Y es que, con las miras puestas en marzo, la estrategia socialista se basará en esperar. El presidente del Gobierno confesó al líder de CiU en el Congreso que los nuevos gobiernos autonómicos del PP deberán hacer ajustes tarde o temprano, sobre todo María Dolores de Cospedal, recién nombrada presidenta de Castilla-La Mancha.
La mano derecha del presidente del PP será el más claro ejemplo de lo que tendrá que hacer el propio Rajoy cuando llegue a la Moncloa: recortar. Y es que con el cargo todavía de secretaria general de Génova, todos sus movimientos cobran una proyección nacional.
De hecho, los socialistas de Castilla-La Mancha instaron ayer a la Junta a que ponga encima de la mesa un plan de equilibrio económico y financiero para corregir el déficit de la región. Por ahora, Cospedal ha recortado la estructura de la Junta y ha reducido a seis el número de consejerías y a la mitad las direcciones generales. Los populares llevan algo más de 15 días en los nuevos gobiernos regionales, pero cuando empiecen los grandes recortes Rubalcaba se venderá a sus votantes.