
Pese a la alarma suscitada en gran parte del Viejo Continente, Bruselas no cree que se deba bloquear indiscriminadamente el mercado europeo a las hortalizas con marchamo español. Por su parte, los agricultores denunciarán ante Bruselas la actitud de Alemania. Primer caso en España: hospitalizado un hombre en San Sebastián con síntomas de la bacteria E. coli.
Según el Ejecutivo comunitario, las medidas adoptadas por el Gobierno de Zapatero resultan suficientes para controlar la circulación de los pepinos cultivados en las dos explotaciones de Almería y Málaga susceptibles de constituir el origen de la cepa. De momento, el bloqueo le va a costar al sector hortofrutícola español 30 millones de euros al día.
En opinión de la UE, el foco de la contaminación puede localizarse en cualquier punto de la cadena alimentaria, tanto en las huertas andaluzas como en los establecimientos germanos o en los medios de transporte utilizados.
Hoy, los resultados
Hoy o mañana se publicarán los análisis de las muestras de agua y tierra tomadas en las explotaciones andaluzas por laboratorios españoles. Bruselas niega además que el brote de la bacteria "E.coli" pueda calificarse de epidemia, al argumentar que la ramificación de la enfermedad no se origina mediante contagio entre seres humanos.
El pánico, sin embargo, empieza a cundir en muchos de los países afectados. Austria, República Checa y Dinamarca retiraron de la venta los lotes de pepinos bajo sospecha y otros productos hortofrutícolas que salen de España.
Bélgica también prohibió la importación de los productos cultivados en las dos huertas de Almería y Málaga. Y Rusia dio un paso más, vetando la adquisición de toda verdura procedente de España y Alemania, que a su vez aconsejó a la población germana no consumir verduras. Algo que, según el ministro holandés de Agricultura, puede causar daños irreparables en las economías vía exportaciones.
Denuncia ante Bruselas
Ante la magnitud que está tomando el asunto, Asaja (Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores) anunció su intención de acudir a Bruselas "a poner un punto de cordura en este entramado", según anuncia en un comunicado.
Así, Benjamín Faulí, técnico de Frutas y Hortalizas de Asaja Málaga, y Pedro Narro, director de la oficina de Asaja en Bruselas, acudieron ayer al Parlamento Europeo para que este organismo se pronuncie respecto a la actuación de Alemania en el asunto de los pepinos. "Puede haberse producido una violación de los derechos de los agricultores españoles por parte del Gobierno alemán", denunció Faulí.
En el sector hortofrutícula nacional, la preocupación y la indignación han ido en aumento durante los últimos días. El hecho de que el Gobierno alemán haya señalado a los productos españoles sin tener todavía datos concluyentes sobre el origen de la bactería ha hecho levantar en cólera a todo el sector, que exige una rectificación pública que tranquilice a los consumidores. No en vano, uno de cada tres pepinos que se cultivan en España se comercializan en el mercado alemán.
Según explica a este periódico el responsable de frutas y hortalizas de Coag, Andrés Góngora, la actitud del Ejecutivo teutón le costará al sector español entre 25 y 30 millones de euros diarios, algo más de 200 millones a la semana. "Ya sabemos que el Gobierno alemán ha pedido disculpas oficiales a España, pero exigimos que lo hagan público para frenar esta psicosis", explica Góngora.
En Alemania, mientras tanto, el número de fallecidos creció ayer hasta 14, tras la muerte de cuatro afectados. Las autoridades volvieron a prevenir del consumo de tomates, pepinos y verduras frescas ante el riesgo de contagio, de cualquier procedencia.