Economía

Pimco: "La Fed necesita donuts para llenar el estómago de los inversores preocupados por el déficit de EEUU"

El presidente de Pimco, Bill Gross

A falta de unas horas para la primera rueda de prensa concedida por el guardián del banco central estadounidense, Ben Bernanke, la mayor gestora privada de bonos, Pacific Investment Management Co (Pimco) vuelve a arremeter contra la política de compra de bonos liderada por la Reserva Federal. El conocido como Quantitative Easing 2 (QE2) sigue atragantándose para el equipo liderado por Bill Gross.

En su último informe, Anthony J. Crescenzi, vicepresidente ejecutivo y gestor de la compañía, asegura que, ahora que el programa de recompra de bonos del banco central está a punto de llegar a su fin, "la Fed necesita donuts para llenar los estómagos de los millones de inversores en todo el mundo que se preocupan por el déficit presupuestario de EEUU y el impacto de su deuda".

Crescenzi hace referencia al díscolo Charles Ponzi, el individuo que inventó el fraude que lleva su apellido y que intentó calmar a sus víctimas ofreciéndoles café y donuts. "¿En serio? ¿Es tan fácil conseguir que los inversores se desprendan de su dinero? En muchos casos sí, por desgracia", apunta el ejecutivo de Pimco.

El informe señala que los inversores de todo el mundo están profundamente preocupados ya que podrían haber entrado a formar parte de un sistema "insostenible", donde se ha generado un nivel de deuda tan grande que la propia Reserva Federal ha tenido que comprar parte de dicha deuda "para mantener el juego en marcha".

Para Pimco, todo lo que la Fed ha tenido que hacer hasta ahora para mantener el nivel de atractivo es mantener activa la imprenta virtual de dólares estadounidenses con cargo a las cuentas del Departamento del Tesoro de EEUU. Durante este enrevesado proceso, la Fed ha conseguido mantener alta la demanda de bonos del Tesoro, "tal vez de forma engañosa" , asegura Crescenzi, para "atraer con su fragancia a una multitud de distintos inversores, como bancos, fondos de pensiones, compañías de seguros e inversores extranjeros".

Esta compra colectiva ha creado "una lucrativa ilusión", donde muchos inversores han pensado erróneamente que se pueden cosechar este nivel de beneficios a largo plazo, al igual que han tenido oportunidad de hacerlo durante los últimos 30 años, "en medio de un gran mercado alcista de los bonos del Tesoro de EEUU y el mercado de bonos en general".

El documento avisa de que esta racha no puede durar, especialmente en EEUU donde "se ha alcanzado el punto final keynesiano". Entre las expectativas de aumento de la inflación y con la Reserva Federal a punto de poner punto y final de su QE2, la pesada carga del Tesoro pasará "a los demás", es decir, los inversores.

Haciendo alusión a los donuts, Crescenzi asegura que las compras de bonos por parte de la Fed han tenido hasta la fecha "el dulce aroma de las rosquillas recién salidas del horno y muchos de los inversores de bonos se han aprovechado de su sabroso sabor. Sin embargo, ahora muchos deberán enfrentarse a partir de junio, al "olor a huevos podridos", que reinará en el mercado de bonos tras el fin del QE2.

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