
Hace días que se viene especulando con la posibilidad de que a Irlanda la reestructuración de la banca le salga más cara de lo previsto. Hoy, varios medios indican que el Banco Central Europeo (BCE) está manteniendo conversaciones con Dublín para crear un nuevo plan de financiación para mantener a flote a los bancos irlandeses. Irlanda quiere que los acreedores de la banca también asuman pérdidas.
Según informaron fuentes del BCE, se trata de habilitar una línea de crédito que proporcione fondos a medio plazo a los bancos con problemas. Con esta nueva línea, que podría llamarse "Facilidad para Bancos en Reestructuración", se buscaría ganar tiempo para un saneamiento ordenado del sistema financiero irlandés y evitar un fire sale (una venta rápida de los activos a bajo precio).
El británico Financial Times añade que la cantidad extra que podría solicitar el Gobierno irlandés sería de unos 60.000 millones de euros.
Ganar tiempo
Además, la intención de Dublín sería sustituir la financiación de emergencia que proporciona a través del Banco Central de Irlanda, por el mecanismo conocido como Emergency Liquidity Assistance (ELA).
Irlanda ha estado haciendo uso del ELA, supuestamente creado para momentos de máxima emergencia y para el muy corto plazo, desde que la crisis de deuda ha llevado los costes de financiación en el mercado a niveles insostenibles. Este sistema permite al banco central de un país imprimir dinero para prestar a las entidades y luego notificarlo, y generó controversia durante el rescate de Fortis en 2008, ya que podría ir en contra del Tratado de la UE.
Sin embargo, el nuevo fondo estaría bajo un control más centralizado al ser gestionado por el Consejo de Gobierno del BCE, que establecerá las condiciones de los préstamos de acuerdo a cada caso particular. Así, el banco central europeo habría puesto como condición a Dublín, para conceder nuevas ayudas, que cumpla con sus planes de recapitalización de la bancos, añade el rotativo británico.
"Posiblemente será similar al programa de compra de bonos en el sentido de que no habrá un periodo de tiempo establecido, si pusieras un plazo de 5 o 10 años estas personas podrían verse tentadas a ignorar el problema hasta que la fecha se empiece a aproximar", aseveró la fuente.
Por otra parte, aunque en un principio esta nueva herramienta de financiación se vincula a Irlanda, está "hecha a medida" para sus bancos, sería extensible para el resto de países y entidades de la Eurozona.
Test de estrés
Con este fondo del BCE, Irlanda podría minimizar el impacto de la publicación esta misma semana de los nuevos test de estrés a los que está sometiendo a sus entidades.
En concreto, se espera que se den a conocer el jueves y que revelen que las cuatro principales firmas del país Bank of ireland, Allied Irish Bank, Irish Life & Permanent y la Educational Building Society necesitan capital adicional por entre 15.000 y 25.000 millones de euros.
La pasada semana la incertidumbre se apoderaba de los Bruselas: los mensajes que llegaban desde Dublín son que la banca irlandesa tendría más cadáveres en el armario de los hasta ahora identificados y que podría necesitar más de los 35.000 millones de euros que ya tiene comprometidos.