Economía

Portugal, condenada al rescate tras tumbar la oposición el plan de ajuste

El Parlamento portugués rechazó ayer el cuarto plan de ajuste presupuestario y reformas económicas presentado por el Gobierno luso desde el inicio del año pasado. Sólo 97 diputados, los socialistas, de los 230 que componen la Cámara votaron a favor del plan. Este hecho provocó la dimisión del primer ministro, el socialista José Sócrates, inmediatamente después.

Tras la sesión parlamentaria que tan funesta le resultó, Sócrates se reunió durante unos minutos con el presidente de la República, el conservador Anibal Cavaco Silva, quien el próximo viernes se entrevistará con los partidos políticos. Mientras tanto, el Ejecutivo presidido por Sócrates se mantendrá en funciones.

El ya ex primer ministro, al anunciar su dimisión, dijo que esta crisis política tendrá "consecuencias gravísimas para la confianza que Portugal necesita ante las instituciones y los mercados financieros". Sócrates ya descuenta el rescate del país. Explicó además que "la oposición retiró al Gobierno todas las condiciones para gobernar".

Un duro ajuste

El plan de ajuste presentado por Sócrates contemplaba subidas de impuestos, dos puntos el IVA y el tipo de Sociedades hasta el 27,5%; reducciones en los salarios públicos y congelación tanto de las pensiones como de la contratación públicas; recorte de beneficios sociales y de las prestaciones por desempleo; una reforma laboral; reducción de un 10% del gasto sanitario, así como más recortes en educación, justicia y defensa; aplazamiento de los proyectos de infraestructuras; y reducción del fraude fiscal.

La prensa lusa aseguraba ayer que Eurostat está en contacto con las autoridades de Portugal para investigar si el déficit público del Estado en 2010 se situó alrededor del 8%, y no en el 7% anunciado por el Gobierno. Vuelve a sobrevolar el temor a que un país haya falseado sus cuentas para camuflar sus agujeros negros, como en el pasado hicieron Grecia y Hungría. A finales del año pasado la oposición ya esgrimió esta acusación.

La situación actual ni es fruto de un día ni sorprende a nadie. En las instituciones europeas se baraja desde el pasado otoño la probabilidad de que el Estado luso -para evitar su quiebra- deba acogerse a los mecanismos de rescate de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Y hace semanas que se contempla que auxiliar a Portugal sea una de las decisiones adoptadas en la cumbre que hoy y mañana mantienen en Bruselas los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 países del club comunitario. No se puede acusar a los eurócratas de frivolizar, por cuanto es un escenario que también hace tiempo que descuentan los mercados.

Abandonar el euro

Ya a mediados de noviembre del año pasado, Luis Amado, ministro luso de Exteriores, instó de manera pública y notoria a resolver la inestabilidad económica y política del país mediante la formación de un Gobierno de coalición entre la oposición y el Ejecutivo socialista en minoría. Objetivo: restaurar la confianza del mercado en la capacidad del Estado a mantener firme el timón en mitad de la tempestad, y ejecutar de manera efectiva los planes de ajuste que se suceden desde el año pasado para intentar evitar la quiebra.

Amado llegó al extremo de agitar el fantasma de que su país se desligara de la moneda única europea, al asegurar que si su consejo de crear un Gobierno de concentración caía en saco roto, la "alternativa" para superar esta coyuntura "extrema" sería "abandonar el euro".

Los analistas apuntan que, una vez que los portugueses pasen por las urnas, no es descartable que el país sea gobernado por una coalición con un apoyo mayoritario en el Parlamento para poder desarrollar un duro programa de ajustes presupuestarios y reformas económicas.

De hecho, socialistas y conservadores están de acuerdo con los objetivos de reducción de déficit y deuda, pero discrepan en las recetas: más o menos recortes en pensiones, más o menos privatizaciones, etcétera.

Una de las mayores preocupaciones en Bruselas es que la crisis y las duras condiciones impuestas por el fondo de rescate europeo y el FMI se acaben de cobrar el segundo Gobierno en la zona euro.

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