
Wolfgang Schäuble, ministro alemán de finanzas, ha hecho que la vicepresidenta Elena Salgado vuelva a sentir el peso del rodillo alemán. Los ministros de Economía y Finanzas de los 27 países de la UE acaban de cerrar este martes un principio de acuerdo sobre una batería de seis textos legislativos para reforzar las sanciones y los controles contra los países que incurran en deudas públicas y déficits presupuestarios excesivos.
Los controles y sanciones se ampliarán a desequilibrios económicos como las burbujas inmobiliarias, y los déficits y superávits por cuenta corriente. Y en este apartado, España ha perdido la batalla contra la todopoderosa Alemania.
Madrid reclamaba que fueran considerados igualmente perniciosos para la estabilidad del euro los déficits por cuenta corriente (problema español) y los superávits (caso alemán).
Diferencias notables
Pero la redacción adoptada esta semana replica la de un acuerdo precedente, alcanzado en octubre de 2010. De modo que los países a los que se urge a tomar medidas son los deficitarios y a los otros se les insta, pero sin urgencia.
La diferencia también se traduce en que el procedimiento por desequilibrios excesivos que la UE podría abrir a España si no remedia su déficit por cuenta corriente podría avanzar más rápido hacia la imposición de sanciones del 0,1% de su producto interior bruto (PIB). Mientras que el expediente alemán, de ser abierto, se demoraría más.
Esta negociación, que se prolonga ya por espacio de un año, ahora pasa al Parlamento Europeo, con el que los Gobiernos de los 27 países de la UE esperan alcanzar un acuerdo definitivo en junio de este año.