
España no es el único país donde estamos preocupados por la capacidad de las regiones para pagar su deuda y su necesidad de refinanciarla.
En EEUU tienen un problema muy similar, y Obama va a proponer que el Gobierno federal acuda al rescate de los Estados a los que ha prestado miles de millones de dólares para seguir pagando subsidios de paro durante la crisis, según el New York Times.
El plan del presidente norteamericano concederá a los Estados dos años de respiro, después de los cuales se producirán subidas de impuestos automáticas sobre las empresas antes de que los Estados tengan que empezar a pagar los intereses de los préstamos recibidos del Gobierno federal.
Este plan se incluirá en los Presupuestos para 2012 que el presidente anunciará la próxima semana y ha recibido las críticas de los republicanos, que piensan que la consecuencia será que muchos Estados se verán obligados a subir los impuestos a los desempleados en los próximos años.
Pero la Casa Blanca calcula que su propuesta finalmente logrará el apoyo de la oposición porque implica una moratoria en los impuestos inmediata para los Estados en dificultades durante una recuperación económica que todavía es frágil.
Su argumento es que el plan ayudará a esta recuperación a corto plazo, y a la vez logrará cambios estructurales en el sistema de subsidios de desempleo a largo plazo. Además, los Gobernadores republicanos presionarán a sus correligionarios en Washington para aceptar la propuesta.
Además, las empresas también secundarán el plan, a juicio del Gobierno de Obama, en aquellos Estados donde sería inevitable una subida de los impuestos sin él. Michigan es un ejemplo claro: debe 3.700 millones al Gobierno Federal, y con la ley actual tendría que pagar 117 millones en intereses este otoño, lo que obligaría a elevar el impuesto federal a las empresas automáticamente cada año para pagar esa deuda.
Esta situación proviene de que muchos Estados entraron en la recesión con poco dinero en sus fondos para el desempleo, y rápidamente se lo gastaron a medida que el paro se disparaba y se mantenía elevado durante meses. En esa tesitura, 30 Estados pidieron prestados 42.000 millones al Gobierno federal para seguir pagando los subsidios.
Más tiempo tras la Ley de Estimulos
La Ley de Estímulos Económicos de Obama dio a esos Estados un período de carencia de casi dos años en los intereses de esos préstamos, pero ese período de gracia terminó el 31 de diciembre. Eso ha obligado a los Estados a despedir funcionarios, reducir sus servicios y subir los impuestos, ya que afrontan 1.300 millones en intereses este año.
Más preocupante todavía es que la ley actual elevaría los impuestos sobre el empleo en unos 21 dólares por trabajador en casi la mitad de los Estados para que puedan empezar a pagar sus deudas, lo que puede frenar todavía más la contratación por parte de las empresas y mantener muy alto el nivel de paro.
La propuesta de Obama, en cambio, permite aplazar el pago de intereses y congela las subidas automáticas de impuestos. Será en 2014 cuando devuelvan el dinero al Gobierno federal, y para ello se elevará el mínimo del impuesto que pagan las empresas.
Ese mínimo se sitúa actualmente en los primeros 7.000 dólares de ingresos y no se ha elevado desde hace décadas.