
¿Qué motivos han impulsado a miles de egipcios a manifestarse contra el Gobierno? ¿Cuál es el origen económico de las revueltas? Con 80 millones de habitantes, las altas tasas de desempleo juvenil, la falta de formación y el acceso a una vivienda son sólo algunas de las razones de por qué los jóvenes egipcios cargan su ira contra el presidente Hosni Mubarak.
Egipto es famoso "desde hace tiempo por su ineficiencia crónica", señala Zachary Karabell en The Wall Street Journal. Karabell, autor de 'Parting the Desert: the Creation of the Suez Canal' (2003) analiza cuáles son las principales motivaciones que han impulsado a los ciudadanos egipcios a salir a la calle.
Según recuerda, Egipto se ubica en el puesto 137 del ránking mundial de ingresos per cápita y, aunque el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) ha sido de entre el 4 y el 5% durante la crisis, alrededor del 90% de los desempleados en Egipto tiene menos de 30 años. El paro es, según un informe publicado por la Organización de Naciones Unidas, "el tipo más grave de exclusión juvenil".
"Pocos países se han integrado menos a la economía global como Egipto", continúa Karabell. El legado más importante del predecesor de Mubarak, Anwar El-Sadat podría haber sido su breve intento de liberalizar la economía y abrir el país al mundo. Aunque, en un inicio, el presidente Mubarak alabó superficialmente esa apertura económica, durante gran parte de las tres décadas siguientes la economía de Egipto quedó encerrada en un sistema que sofocó la actividad y la innovación económica al igual que la expresión política.
Falta de credibilidad
Tampoco ha servido de mucho que en los últimos años Mubarak haya parecido darse cuenta de que la total ausencia de reformas económicas no era sostenible. De hecho, unos días antes de que se desataran las protestas, Mubarak fue el anfitrión de la segunda Cumbre Árabe Económica, de Desarrollo y Social, donde llamó a un incremento en la integración económica, la infraestructura regional de transporte y el comercio entre los árabes. Pero una vez más, los cambios prometidos superaron los realizados: había pocos motivos para pensar que esta vez sería distinto.
Diferencias esenciales
Uno de los factores que diferencian a Egipto de otros muchos países, como Brasil o India, es que los ciudadanos de estas últimas regiones creen que tienen cierto control sobre sus vidas materiales y una posibilidad de hacer realidad sus sueños y ambiciones. "Tienen un lugar de expresión de sus pasiones que no está determinado por ellos, y un creciente grado de libertad económica", apunta Karabell.
En cambio, los jóvenes en Egipto, donde más de la mitad de la población tiene menos de 30 años, creen que no tienen futuro. Bajo el gobierno de Mubarak, su comida y su vivienda están subsidiados y les dan empleos o los dejan en el vacío del desempleo, sin morirse de hambre pero sin ninguna esperanza de nada más que años de lo mismo, sentencia el autor.