Economía

Holanda pide más recortes a los países en apuros antes de ampliar el fondo de rescate

El Gobierno holandés ha vuelto este lunes y martes a encarnar el papel del socio más estricto de la UE, aunque el protagonismo se lo lleven Alemania y Francia, los dos Estados más poderosos. Jan Kees de Jager, ministro holandés de Finanzas subrayó hoy al término de la reunión de ministros de Economía y Finanzas de los 27 países de la UE que los ministros de Economía del Eurogrupo (los de los 17 países que comparten el euro como moneda única), rechazaron el lunes por la noche ampliar el fondo de rescate de países al borde de la quiebra.

Pero la negativa holandesa, como la alemana, no es definitiva. Como explicó el propio De Jager, la negociación sobre el aumento y la flexibilización del fondo de rescate se enmarca dentro de una negociación más amplia que incluye exigir profundos recortes presupuestarios y reformas económicas a los países en apuros; y el refuerzo de los controles y las sanciones contra aquellos que incurren en déficits y deudas públicas excesivas. La negociación global debería desembocar en un acuerdo en la cumbre de marzo.

No obstante, la Comisión Europea sigue presionando para adelantar el calendario. Bruselas acepta que en la cumbre de marzo se alcance este acuerdo global, en el que se incluya el diseño del futuro mecanismo de rescate que entrará en vigor cuando dentro de dos años caduque el fondo de rescate temporal que funciona en la actualidad. Pero espera que el fondo actual pueda ser remendado antes, a ser posible en la cumbre de la UE del 4 de febrero.

El actual fondo temporal puede movilizar un máximo teórico de 750.000 millones de euros para prestarlos a los países al borde de la bancarrota, como ha sido el caso de Irlanda y Grecia. Pero su diseño hace que, en realidad, pueda movilizar sólo alrededor de la mitad de su techo teórico.

La negociación actual, después de las reuniones ministeriales de esta semana, no se centra ya tanto en ampliar el fondo, como en rediseñarlo de manera que pueda movilizar realmente los 750.000 millones de euros. La otra vertiente es flexibilizarlo para que también pueda intervenir de manera preventiva comprando deuda pública de los países en dificultades, o concediéndoles préstamos a corto plazo para apuntalar su liquidez y evitar llegar a males mayores como sería un problema de solvencia.

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la UE se comprometieron en la cumbre que celebraron en diciembre en Bruselas a hacer cuanto sea necesario para preservar la estabilidad del euro. Traducción libre: si es absolutamente necesario aumentarán el fondo, pero el país rescatado también tendrá que hacer cuantos sacrificios sean necesarios para sanear sus cuentas públicas y reformar su economía.

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