
El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, enviaron hoy una carta a los países del G20 en la que defienden que lo prioritario en estos momentos es acelerar la consolidación fiscal para reducir el déficit y la deuda y alertan de los "graves riesgos" que supondría para las cuentas públicas continuar con las políticas de estímulo fiscal.
La UE rechaza así la petición del presidente estadounidense, Barack Obama, que la semana pasada reclamó que la cumbre del G20 que se celebrará los días 26 y 27 de junio en Toronto mantenga los planes de estímulo económico que se pusieron en marcha al inicio de la crisis financiera para no poner en riesgo la recuperación.
"Teniendo en cuenta los graves riesgos que supondría para la sostenibilidad de las cuentas públicas una salida tardía de las medidas extraordinarias de estímulo fiscal, en la cumbre de Toronto el G20 debería acordar una estrategia de salida coordinada y diferenciada para garantizar unas finanzas públicas sostenibles", afirman Barroso y Van Rompuy en su misiva.
Los dos mandatarios explican que "el calendario, las etapas y el alcance" de la retirada de las medidas de estímulo "debe adaptarse a las condiciones existentes en los miembros del G20", pero reclaman una "coordinación" entre los Gobiernos. En todo caso, la UE cree que la consolidación debe empezar "como muy tarde en 2011" y debe ir acompañada de reformas estructurales para impulsar el crecimiento.
Hay que profundizar en las reformas estructurales
"Europa está determinada a garantizar la sostenibilidad fiscal y a alcanzar los objetivos presupuestarios sin demora", resalta la carta. Barroso y Van Rompuy recuerdan que varios países han adoptado recientemente planes de ajuste para adelantar la consolidación y subrayan que "todos los Estados miembros de la UE están dispuestos, si es necesario, a tomar medidas adicionales para acelerar la consolidación fiscal". Estas medidas deben centrarse en recortar el gasto y aumentar el crecimiento.
La UE ve también prioritario profundizar en las reformas estructurales para aumentar la utilización de la mano de obra y la productividad y favorecer así la demanda doméstica. La carta defiende también "más flexibilidad en los tipos de cambio" y celebra la decisión de las autoridades chinas de permitir una mayor apreciación de su divisa, el yuan.
Los presidentes del Consejo y de la Comisión reclaman además que la cumbre de Toronto sirva para que el G-20 "reafirme su compromiso de reformar los mercados financieros". En este sentido, recuerdan que la UE ya ha puesto en marcha algunas de las reformas y "está actuando para restaurar la solidez y la estabilidad del sistema financiero europeo" con medidas como la decisión de publicar en julio los resultados de las pruebas de estrés a los bancos comunitarios.