Economía

CCOO y CEOE juegan a forzar el 'decretazo' frente al pactismo de UGT

El Gobierno esperará sólo hasta el Consejo de Ministros del viernes 11 de junio para legislarLas Ejecutivas de Comisiones e IU pactaron una huelga general ante la imposición de Zapatero

Mientras se deshoja la margarita de la reforma laboral, UGT se queda tan aislada en la negociación social como lo estuvo el Gobierno el pasado viernes en su bancada en el Parlamento. A día de hoy, CEOE y Comisiones Obreras estarían dispuestas a forzar un decreto por parte del Ejecutivo, mientras la táctica de UGT en el diálogo, bien diferente, continúa por la vía del pactismo. El sindicato de Cándido Méndez se esfuerza por conseguir un acuerdo, que le excuse de no llegar a la huelga general, a pesar de que el mismo no defienda completamente los derechos laborales adquiridos por sus afiliados.

El escenario es turbio y el Ejecutivo sabe que para conseguir limar el conflicto de intereses entre Comisiones y CEOE necesita más tiempo. El plazo para concluir la modificación del marco laboral concluía el próximo lunes, pero en tan sólo dos días, y a pesar de que el presidente del Gobierno se vaya a involucrar personalmente en las negociaciones, es inviable respetar la fecha tope.

Por ello, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer que se darían "unos días más" para negociar, teniendo presente que si finalmente no hay acuerdo el próximo 11 de junio, el Consejo de Ministros aprobará el decreto-ley de la reforma laboral.

CEOE tiene todas las cartas

A diferencia del pasado mes de julio, cuando se rompieron las negociaciones por las "líneas rojas" que marcó el Gobierno, esta vez los empresarios tienen todas las de ganar. Si finalmente no se cerrara un acuerdo y el Ejecutivo tuviera que legislar, la reforma tendría que contener las pautas por la que claman organismos internacionales como el FMI o la Comisión Europea, es decir, la modificación recogerá un abaratamiento del despido mediante alguna fórmula que bien podría ser la que propuso el Gobierno; deberá flexibilizar la contratación y se verá abocada a disminuir los costes del empleo, rebajando alguna contingencia de las cotizaciones, como la de enfermedades profesionales y accidentes de trabajo o aceptando una recorte del costo que supone para el empresario la incapacidad temporal (absentismo).

El camino que tiene que seguir el Ejecutivo no tiene muchas bifurcaciones más y así lo entienden los empresarios, que en la reunión de vicepresidentes, celebrada la semana pasada, se acordó no firmar una reforma que no incluya "todo". De hecho, no quisieron apresurarse a modificar la fecha de la Junta Directiva, prevista para el próximo 16 de junio, tal como pidió el presidente, Gerardo Díaz Ferrán, y el responsable de la Comisión de Relaciones Laborales, Santiago Herrero, al que acusaron de pactista.

CCOO no secunda a UGT

La mano dura de la patronal también se manifiesta en Comisiones Obreras. La facción más radical del sindicato liderada por Ignacio Fernández Toxo parecía haberse relajado y secundado los pasos de Cándido Méndez. Pero CCOO no puede asumir una reforma que desvirtúe los derechos de los trabajadores y al mismo tiempo destruya el sentido del propio sindicato.

Así que, en la última reunión celebrada por los agentes sociales, los sindicatos presentaron el documento Esquema de propuestas para el acuerdo, al que ha tenido acceso elEconomista y en el que se incluyen medidas como el modelo alemán, las bonificaciones a la contratación, el plan de empleo juvenil y el fortalecimiento de los Servicios Públicos de Empleo. Aunque también se enuncia el incremento de cuotas a los contratos temporales, la desvirtuación del de obra y servicio, la negativa a la ampliación del contrato de 33 días o la clara intención de erradicar el despido libre en España.

No obstante, la presentación conjunta del documento no significa que ambos sindicatos vayan a defender las mismas premisas, ya que fuentes ugetistas afirman que ellos asumirían la ampliación del contrato de 33 días, aunque no a todos los colectivos, así como la clarificación de las causas del despido objetivo. Dos puntos infranqueables para el sindicato de Toxo, que no está dispuesto a firmar una reforma que incluya dichas cuestiones. Por lo que, si la propuesta del Gobierno contiene estas premisas, Fernández Toxo dejará en manos del Ejecutivo la reforma y convocará la huelga general. De hecho, el paro ya fue pactado por las Ejecutivas de Comisiones y de IU en una reunión mantenida hace escasamente quince días.

En ese momento, UGT estaría en una fuerte encrucijada y tendrá que decidir si representa el brazo armado del Gobierno o el brazo sindical de la fuerza laboral española. Las tensiones internas del sindicato pueden que no soporten una huelga como la de 1985, cuando CCOO en solitario convocó el paro a Felipe González por la reforma de las pensiones. En aquel momento, el líder ugetista, Nicolás Redondo, se desmarcó y votó en contra de la Ley, esta vez la disidencia puede venir de mano del líder de UGT del Metal, Manuel Fernández, Lito.

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