
El Gobierno ha pedido confianza y tranquilidad a los ciudadanos y a los mercados después de que Standard & Poors haya rebajado la nota de la deuda española a largo plazo hasta AA desde AA+ con perspectiva negativa, lo que deja abierta la posibilidad de nuevos recortes de rating a medio plazo. La agencia de calificación crediticia justifica su decisión por la debilidad de la economía, lo que también golpea a la banca. De hecho, S&P ha rebajado la emisión de deuda de 3.000 millones del FROB.
"Creemos que el abandono de la economía española de un modelo de crecimiento alimentado por el crédito hará que se produzca un período de ralentización de la actividad mayor de lo inicialmente previsto", ha explicado Marko Mrsnik, analista de crédito de S&P.
"Nuestra previsión es que el crecimiento real del PIB será de un 0,7% de media anual entre 2010 y 2016, frente a las expectativas del 1% que teníamos inicialmente", ha añadido. Consulte el informe íntegro de S&P sobre España.
Una decisión esperada
"No supone una sorpresa. Ya el año pasado nos habían rebajado y estábamos en perspectiva negativa", dijo Nuria Álvarez, analista de Renta 4.
"No estamos en un estatus de "basura" como Grecia, pero es verdad que la rebaja está reflejando una realidad, y es que la economía española no está recuperándose como se esperaba y el que el Gobierno no está tomando las medidas necesarias para reducir el déficit", agregó la analista.
Desde Self Bank coincidieron en que la rebaja "no sorprende" ante el recorte de la nota de Grecia y de Portugal, por aseguran que la caída de la solvencia de España era un hecho que "ya estaba descontado" en los mercados internacionales.
El director general de Inversis Gestión, Juan Luis García Alejo, cree que la rebaja del rating tendrá un importante impacto en los mercados, aunque no supondrá un "descarrilamiento de la economía".
El director del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo, califica la decisión de S&P de "mala noticia" y apunta que "es muy probable" que las otras dos agencias, Fitch y Moody's, le sigan y rebajen la calificación de la deuda española.
"Aunque no tienen por qué, normalmente las agencias de rating tienden a coincidir en el diagnóstico. Me temo que es muy probable que el resto de agencias le sigan", afirma. Además, Izquierdo indica que la rebaja de la calificación "va a encarecer el coste de la financiación no sólo del Tesoro, sino también de la economía, y va a detraer la entrada del flujo de capitales".
Los puntos débiles
La agencia señala entre los principales factores que dañan las perspectivas económicas de España el elevado endeudamiento del sector privado, que alcanza el 178% del PIB, así como la rigidez del mercado laboral, que podría llevar el desempleo hasta el 21% este año.
S&P también cita la escasa capacidad de las exportaciones españolas, así como las presiones sobre la calidad de los activos del sistema financiero y la retirada por parte del Gobierno de las medidas de estímulo como parte del plan de consolidación fiscal para cumplir con el objetivo de reducir el déficit fiscal por debajo del 3% en 2013.
"Continuamos creyendo que el déficit fiscal en 2010 estará en línea con el objetivo del 9,8% del Gobierno, aunque a medio plazo anticipamos mayor debilidad en los ingresos y mayores presiones desde el lado del gasto de lo estimado por el Ejecutivo", señala la agencia, que augura que el déficit superará el 5% en 2013, "significativamente por encima del ojetivo oficial del 3%", mientras que el endeudamiento bruto alcanzará el 85% del PIB en 2013 y continuará al alza hasta mediados de la década.
"Nuestra conclusión es que las difíciles condiciones económicas a medio plazo añadirán más presión sobre las cuentas públicas de España, por lo que serán necesarias medidas adicionales para respaldar la estrategia de consolidación fiscal del Gobierno y las reformas estructurales planeadas", señala S&P.
Por otro lado, la calificadora de riesgos no espera que los bancos españoles neceisten más de los 27.000 millones de euros aún no utilizados disponibles a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) hasta 2013, aunque bajo las perspectivas de crecimiento más débiles existe una posibilidad de que la necesidades del sistema bancario excedan esa cantidad.
La agencia de rating recuerda que la perspectiva negativa refleja la posibilidad de más rcortes en la nota de la deuda española si la posición fiscal de España evoluciona peor de lo previsto, mientras que se podría otorgar una perspectiva "estable" en el caso de que el Gobierno cumpla o supere sus objetivos fiscales para 2010 y 2011 y las perspectivas de crecimiento de España demuestran ser más fuertes de lo estimado por la agencia.
Moody´s y Fitch sí confían en España
S&P quitó a España la máxima calificación crediticia (AAA) el 19 de enero para situar el rating un escalón por debajo, en AA+. En aquel momento, la agencia argumentó que las condiciones económicas y financieras de mercado "han destacado debilidades estructurales en la economía española que son inconsistentes con una posición de AAA".
Las otras dos grandes calificadoras mundiales de deuda, Moody´s y Fitch, han mantenido la triple A de la deuda española a largo plazo, incluso han llegado a afirmar que el rating estaba bien "anclado".
La decisión de hoy se produce apenas un día después de que la calificadora de riesgos recortara la nota de la deuda griega a la categoría de "bonos basura" y la de Portugal en dos escalones, hasta A- desde A+, con una perspectiva "negativa" en ambos casos.
Las agencias de calificación crediticia han sido fuertemente cuestionadas por su papel durante la crisis de las hipotecas subprime de Estados Unidos, que fue la chispa que desató la recesión económica de las principales economías del mundo. Como muestra un botón: Lehman Brothers tenía un rating de AAA y quebró.