
Grecia ha rebajado sus expectativas sobre la cantidad de dinero que podría obtener con su colocación de deuda en dólares e incluso podría abandonar el plan del todo si el interés de los inversores estadounidenses continúa decayendo, según han anunciado dos miembros del gobierno heleno citados por el diario The Wall Street Journal.
En concreto, según una de las fuentes citadas, ahora Atenas espera conseguir de los inversores estadounidenses "entre 1.000 y 4.000 millones de dólares", lo que estaría muy por debajo de su anterior estimación, que situaba esta cantidad entre los 5.000 y 10.000 millones de dólares.
"El hecho es que en Estados Unidos no hay una fuerte demanda interesada en la deuda griega", indicaron, anadiendo que Grecia baraja incluso la posibilidad de suspender la emisión programada si no puede captar "el mínimo necesario".
De llegar a suceder, representaría otro duro golpe para Grecia, que hasta mayo se enfrenta a vencimientos de su deuda soberana por valor de 27.000 millones de euros -aunque ya están cubiertos, según el Gobierno heleno-.
Fría acogida
Sin embargo, esta falta de aceptación de los bonos en dólares no es una sorpresa. En los últimos días, dos de las mayores gestoras, Pimco y BlackRock, han puesto de manifiesto su escaso interés en acudir a la subasta.
El asesor estratégico global de la firma de Bill Gross llegó a afirmar que Grecia "es algo así como el Titanic. Dieciocho cosas iban mal, y cuando todas van mal a la vez viene el problema". Por su parte, BlackRock esperará a ver cómo reaccionan los ciudadanos de los países del Eurogrupo, que ha comprometido una línea de crédito de 30.000 millones de euros, antes de invertir en deuda griega.
Atenas decidió acudir a Estados Unidos con la esperanza de obtener financiación, aunque al poco de conocerse su iniciativa el mercado le advirtió de que podría salirle más cara de lo que esperaba.