
Justo una semana antes de dar a conocer el diagnóstico de la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional ha hecho público hoy en Washington su Informe sobre Estabilidad Financiera, (GFSR, por sus siglas en inglés). Una radiografía bastante precisa de los problemas que amenazan al sistema financiero de todo el planeta, con especial énfasis en los mercados desarrollados. El equipo dirigido por el español José Viñals avisa de que el aumento repentino de entradas de liquidez "puede generar inflación y burbujas de precios de los activos", en referencia a los estímulos económicos puestos en marcha por los distintos gobiernos de todo el mundo.
Para que esto no ocurra, el FMI recomienda a todos aquellos países que han aplicado medidas de emergencia, articular debidamente su política macroeconómica, por ejemplo, permitir "tipos de cambio más flexibles" así como "reforzar la regulación financiera". El GFSR muestra más énfasis en este sentido sobre la economías del denominado G4 (Japón, Estados Unidos, el Reino Unido y la zona del euro), cuyas condiciones monetarias expansivas pueden provocar problemas en el valor de las divisas y disparar el precio de los activos.
De hecho, el documento hace un guiño a China, sin nombrarla, eso sí, en el que recomienda especialmente a los países con una divisa devaluada aplicar una política más flexible. Otras herramientas mencionadas por el FMI incluyen "acumular reservas, mantener los tipos de interés bajos si las presiones inflacionarias lo permiten o una política fiscal más restrictiva".
Los derivados mueven 600 billones de dólares
Sorprendentemente, Viñals y su equipo señalan que el mercado de derivados extrabursátiles movió en los últimos años un total de 600 billones de dólares. Precisamente, cabe recordar, que un tipo de instrumento financiero dentro de este grupo, los swaps relacionados con el riesgo de impago del deudor, fueron la mecha que hizo tambalear los cimientos del sistema.
Aún así, el GSFR indica que si este mercado estuviera bien regulado y gestionado se "atenuaría el riesgo de contrapartida entre los operadores y se reduciría a un mínimo el riesgo sistémico relacionado con las quiebras en cadena de entidades", como sucedió durante la pasada crisis con entidades como Bear Stearns, Lehman Brothers o la aseguradora AIG.
Reforma financiera: la asignatura pendiente
Mucho se ha hablado de la necesidad de imponer nuevas medidas de regulación sobre el sistema financiero. Aún así, el FMI considera que las nuevas normativas están faltas de concreción y que es necesaria más coordinacion internacional para combatir el riesgo. Viñals y su equipo han hecho énfasis en la necesidad de "coordinar la liquidación de las entidades financieras".
El Fondo apuesta por desarrollar un mandato a través del cual los reguladores vigilen explícitamente los riesgos sistémicos y la introducción de recargos de capital basados en el riesgo sistémico en proporción con su contribución a ese riesgo. Eso sí, se hace hincapié en que los reguladores no deben sólo vigilar sino también contar con "mejores herramientas para luchar contra los riesgos sistémicos".