Cuando ayer Alemania fijó sus condiciones para un eventual rescate a Grecia, puso en marcha la maquinaria para que el plan de ayuda al país heleno se concrete por fin. Y es que el tiempo apremia. Según ha manifestado el eurocomisario de Economía, Olli Rehn, la UE debe decidir esta misma semana o se corre el riesgo de provocar un "grave trastorno" en el euro.
"Estamos en una encrucijada. Grecia puede provocar un grave trastorno (al euro) o podemos aprender de esta crisis", afirmó Rehn.
En su opinión, "ya existe la preparación técnica, ahora necesitamos una decisión política. Esto también es importante para Grecia, que sabría qué esperar", agregó el Comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, en declaraciones recogidas por el rotativo finés Helsingin Sanomat.
A pesar de la urgencia de alcanzar una solución que cita Rehn, Alemania podría mostrarse todavía reticente. El británico Financial Times, citando a un miembro del Gobierno germano, explicaba ayer que Berlín no cree que vaya a haber un acuerdo en la cumbre de esta semana, ya que Grecia tendría que demostrar antes de cualquier acuerdo que no es capaz de obtener financiación en los mercados internacionales en su actual situación.
Reunión especial
El eurocomisario destacó que aún hay varias alternativas sobre la mesa para ayudar a Grecia y que no ve problemas con que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ayude a Grecia. "La Unión Europea está cerca del FMI. Nosotros somos socios", agregó.
Francia y España han pedido una reunión especial de los países de la zona euro esta semana para discutir sobre Grecia, antes de la cumbre regular de dos días que el Consejo Europeo celebrará el ueves y el viernes.
Grecia necesita refinanciar cerca de 16.000 millones de euros en deuda que vencerá entre el 20 de abril y 23 de mayo y espera que una muestra pública de apoyo por parte de sus compañeros de la UE, con la creación de un programa de actuación que no tendría que ser activado, sería suficiente para provocar una rebaja en sus elevados costes de financiación.
En esta línea se ha venido pronunciando la UE en los últimos días. Sin ir más lejos, ayer el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, afirmó que lo que se busca no es un rescate de Grecia.
La crisis por la deuda de Grecia, que se espera que alcance a un 120% del PIB este año, y su déficit presupuestario, que llegó al 12,9% del PIB el año pasado, han perjudicado al euro.