
España ha perdido potencial de crecimiento, asegura rotundamente la OCDE lo que lleva a la Organización a exigir a España que acometa reformas en el mercado laboral, como reducir las indemnizaciones por despido en los contratos idefinidos mejorando las prestaciones en los contratos temporales con el objetivo de frenar su uso.
También pone el dedo en la llaga cuando precisa que debe eliminarse la indexación de los salarios con la inflación pasada. En otros ordenes también tiene recomendaciones precisas. España debe mejorar la educación secundaria, corregir las distorsiones existentes en el mercado de la vivienda y eliminar las barreras que algunos gobiernos regionales ponen al establecimiento de grandes superficies y centros comerciales. Y, como ya es habitual, cierra su capítulo de prioridades para España con la reforma del sistema de pensiones.
Reformas inmediatas
La OCDE tiene argumentos para exigir reformas inmediatas a España. El principal, que somos el segundo país, después de Irlanda, más afectado por la crisis. Según la Organización, España ha visto recortado su potencial de crecimiento del PIB un 10,6%, muy por encima de la media de la OCDE - 3,1%-.
El desempleo español está detrás de este fuerte descenso, ya que se estima que el potencial de creación de puestos de trabajo ha caído un 8,4%. Según publicó la organización en un informe, el paro continuará una vez pase la crisis y los países que, como España, no hayan reformado el mercado laboral y no hayan reducido los impuestos, lo tendrán dificil para volver a crear empleo y recuperar el nivel de vida perdido.
Estos datos sitúan a España a la cola de los países desarrollados. Una posición con la que el Ministerio de Economía no está nada de acuerdo ya que, según aseguraron a elEconomista, la OCDE no ha tenido en cuenta "las reformas estructurales que van a mejorar la productividad y que supondrá un crecimiento del PIB un 0,1%". "Es innegable que la crisis recorta el potencial de crecimiento, pero a nosotros no nos va a afectar tanto".
Rapapolvo de Bruselas
La Comisión Europea prevé publicar el miércoles su evaluación de los programas de estabilidad presupuestaria de la mitad de los 27 países de la UE. Entre los evaluados figuran los planes para contener el déficit y la deuda pública de Alemania, Francia, Reino Unido y España. En el caso español, el objetivo es que el déficit público sea inferior al 3% del producto interior bruto (PIB) en 2013, tras dispararse al 11,4% en 2009.
Según han adelantado fuentes comunitarias a elEconomista, Bruselas considera que el plan español de saneamiento de las arcas públicas reposa sobre "escenarios demasiado optimistas". En primer lugar, el Gobierno considera que el PIB nacional se contraerá un 0,3% este año, mientras que la Comisión Europea cree que el retroceso será el doble: un 0,6%, una previsión en la línea de las del FMI y el Banco de España.
En segundo lugar, Bruselas teme que la actual tendencia del euro a depreciarse ante al dólar aumente el impacto del alza previsible del precio del petróleo. Un euro menos fuerte amortiguará peor el coste de importar crudo, que subirá progresivamente por la incipiente recuperación de las economías emergentes, por que los precios en España son sensibles a la energía.
Hace quince días, Bruselas auguró que la economía española finalizaría 2010 con una inflación media anual del 1,1%, y del 1,5% en el último trimestre. Las subidas del IVA y del petróleo, y la depreciación del euro pueden dar más brío a los precios, y lastrar el consumo y la recuperación. La Comisión repetirá las recomendaciones de la OCDE con pocas variaciones.