Economía

La receta para salir de la crisis: ¿cuáles son las medidas más urgentes?

Contener el crecimiento desbocado de la deuda; acometer una reforma laboral en profundidad con una bajada de cotizaciones sociales de las empresas; liberalizar sectores; invertir en infraestructuras y abordar medidas para ganar en competitividad y eficacia de las Administraciones Públicas. Estos son algunos de los frentes que se tienen que atacar con urgencia para salir de la crisis.

Algo imprescindible para no perder el tren de la recuperación, ése que ya empiezan a poner en marcha economías como la alemana, la francesa o la británica, que, según Eurostat, se espera que crezcan este año un 1,2% en los primeros casos y un 0,9%, en el tercero. En España se irá más lento.

El sentir general es que, aunque la economía ha tocado fondo, se encuentra en una situación muy complicada: con más de cuatro millones de parados, desequilibrios internos por el alto endeudamiento y un todavía atenazado mercado de la vivienda.

¿Qué ha hecho el Gobierno hasta ahora? Una política de demanda expansiva, vía Plan E, y de ayudas fiscales a sectores como el automovilístico, que han sido básicamente, como señala Federico Prades, asesor económico de la Asociación Española de la Banca(AEB), "medidas paliativas" que no "resuelven el problema".

Es más, a la crisis inmobiliaria, financiera y de competitividad, empieza a sumársele una cuarta de no menos envergadura: la de la deuda. Con este escenario sobre la mesa, doméstico e internacional, ¿qué recetas cabe aplicar para sumarnos al tren de la recuperación?

Éstas que siguen son algunas de ellas:

Reforma laboral

Prades resume así el objetivo básico que tiene que perseguir una reforma laboral: "Hay que conseguir que trabajen más personas y que éstas sean más productivas". ¿Cómo se hace eso? Por ejemplo, promoviendo el empleo a tiempo parcial. En Holanda, el 80% de las mujeres trabaja con contratos de ese tipo que facilitan al mismo tiempo la conciliación familiar.

Los expertos también hablan de abaratamiento del despido. Fernando Fernández, profesor de IE Business School, ve necesaria esta medida para que "la recuperación vaya ligada a empleos fijos y no a contratos basura". Prades habla de "equilibrar la indemnización de los despidos para que los empresarios tengan menos miedo a contratar".

La reforma laboral, a juicio de Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente de Freemarket, también tiene que pasar por la descentralización de una negociación colectiva en la que los convenios colectivos tienen tanto peso. Si no se aplican medidas de calado, "se seguirá destruyendo empleo" y llegar a tasas precrisis podrá llevar 20 años.

Para Ángel Laborda, director de Coyuntura de Funcas, es importante que el crecimiento futuro "sea lo más intensivo en mano de obra posible". En ese sentido se hace la siguiente reflexión: "Si los costes laborales son muy altos, el empresario prescindirá de contratar mucha mano de obra". La subida del IVA, considera este economista, se tendría que acompañar de una rebaja en las cotizaciones sociales. Una opinión que comparte con Fernando Fernández, quien también afirma que hay que mejorar en cuanto a la movilidad funcional y geográfica de los contratos. En pocas palabras: "Que el empleado sirva para un roto y para un descosido" y que se le pueda cambiar de descripción de puesto y ubicación en función de las necesidades de la actividad.

Ganar competitividad

Para que la economía española vuelva a crecer a tasas del 3% hay que hacer reformas estructurales y, sobre todo, abordar un cambio de modelo, dice Ángel Laborda. Es decir, "muchos recursos que antes se trasladaban a la construcción, deben absorberlos otros sectores". Sara Baliñas, analista de mercados de Analistas Financieros Internacionales (AFI) también se refiere a esta idea, que es la que recoge la Ley de Economía Sostenible.

A su juicio, la partida de 20.000 millones de euros que se pretende destinar para reorientar los recursos a sectores como el de las energías limpias es "suficientemente amplia; son millones en vena", asegura. Otra cosa es que las actividades a las que finalmente se dirigan sean productivas o no, matiza la analista de AFI.

Fernando Fernández hace, sin embargo, un llamamiento a la humildad. En su opinión, esta ley reposa en el principio económico de Pick the Winners (escoger a los ganadores). "Nadie sabe, por ejemplo, cuál de los 17 modelos diferentes de coche eléctrico que se han desarrollado triunfará finalmente en el mercado", dice. En vez de "elegir a los sectores que desde las Administraciones Públicas se van a subsidiar", se deberían "reducir los impuestos a las empresas para que sean más competitivas". Es el mercado el que ha de elegir.

En este sentido, también es imprescindible, en opinión de Fernando Eguidazu, vicepresidente del Círculo de Empresarios, reformar el marco regulatorio, o dicho de otra manera, lo que cuesta a las Administraciones Públicas y a las empresas cumplir con las normas: los trámites, la burocracia, que el funcionario de turno selle tal papel, el coste de consultoras y asesorías para ayudar a las empresas... En este sentido hay un dato revelador: según la OCDE, todo esto nos cuesta un 5% del PIB, frente al 1,7% que le cuesta a Finlandia, por ejemplo. "Tenemos un margen de mejora amplísimo para ganar en eficacia", dice Eguidazu.

Para mejorar la competitividad, finalmente, muchos consideran irrenunciable invertir en infraestructuras: "Córdoba no es lo mismo con AVE que sin él", sentencia Federico Prades.

Contener el déficit público

"Hay que sanear las cuentas públicas para que el déficit y la deuda no se conviertan en un problema en sí mismo", sostiene Gregorio Izquierdo, director de estudios del Instituto de Estudios Económicos.

Pero no hay recetas fáciles. Ángel Laborda afirma que una cosa es la teoría y otra la práctica económica y que cuando se habla de reducir el gasto público se olvida que "aunque se recortase a la mitad el dinero que se emplea en mantener los ministerios, a duras penas se alcanzarían dos puntos del PIB; mientras que un amplio 75% va a parar al pago de pensiones y prestaciones, intereses de la deuda, sanidad, educación y seguridad, ¿dónde recortamos ahí?", se plantea. La menos mala de las medidas, a su juicio, es subir el IVA.

Todos los expertos consultados coinciden en situar este problema como nuclear. "Es necesario presentar un plan de consolidación fiscal creíble a medio plazo y ajustar el gasto público a los ingresos que se vaya a tener", sostiene Fernando Fernández.

Bajada de impuestos

Como ya se ha dicho, muchos de los economistas afirman que una subida del IVA como la planteada para julio se sostiene sólo si va acompañada de una rebaja en las cotizaciones. Otros opinan que, directamente, no es posible presentar algo así en el marco de una economía en recesión, dice Bernaldo de Quirós. Es "letal" y "no hará sino profundizar más en la crisis".

Sara Baliñas, de AFI, reconoce que la subida de impuestos no es una política expansiva y que sólo responde a la necesidad de frenar el déficit. Hay estudios que cifran el impacto en 11.000 millones de euros entre 2010 y 2011, en función del repunte del consumo que pueda producirse a finales de año.

Reestructuración financiera

La recuperación del sector financiero se ha visto facilitada por estímulos monetarios externos que, no obstante, están próximos a su fecha de caducidad, como explica Baliñas. El calendario que maneja el BCE contempla marzo y abril como límite para las subastas ilimitadas de liquidez y julio para terminar con el programa de titulización de cédulas hipotecarias de las entidades. Es decir, el escenario para el sector es que tiene garantizada la liquidez en la primera mitad de este año.

Sería bueno, coinciden todos, que para entonces se avanzase en la reestructuración del sistema. "El FROB, por ejemplo", dice Ángel Laborda, "no se ha utilizado para nada y nos estamos jugando que de este proceso salga un sistema financiero español saneado y competitivo".

Fernando Fernández considera imprescindible la reordenación del sistema y acabar con los "bancos zombis", concepto que define a las entidades inviables mantenidas de forma artificial por las ayudas estatales. "Hay que dejar que éstas quiebren, así como despolitizar las cajas de ahorro", añade.

Liberalizar sectores

Hay margen para avanzar en la liberalización de los sectores económicos básicos como el sector energético, las telecomunicaciones o el transporte, sostienen los expertos.

Por esto, Fernando Eguidazu lamenta los recortes que está sufriendo la Ley Ómnibus en su tramitación, destinada en principio a liberalizar el sector servicios. Bernaldo de Quirós va más allá y propone una liberalización drástica de los mercados, en especial del energético, que sea creíble.

Calidad de la Administración

El año pasado aumentó la plantilla del sector público en 100.000 funcionarios más, con lo que ya hay más de tres millones de empleados en las distintas Administraciones, recuerda Eguidazu. Y esto es un problema que afecta al ajuste presupuestario, sobre todo en las comunidades autónomas.

El analista va más allá: "Hay que acometer un plan de austeridad autónomica feroz que no se vea interferido por el chantaje político al que se somete el reparto de la financiación".

Sistema energético

Para reforzar la competitividad hay que actuar en dos áreas que darán rédito a largo plazo: educación y energía. Aquí coinciden todos.

Los consejos de los expertos

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