
El Consejo de Ministros decidirá hoy si introduce el contrato único en la propuesta de su reforma laboral. Se trata de un casus belli para los sindicatos. Si el Ejecutivo finalmente cede a la presión de los mercados y sale adelante con una reforma laboral integral como la reclaman el Banco de España y los grandes organismos internacionales, están dispuestos a convocar una huelga general. Campa la lía: propone un contrato único y divide al Gobierno
Para el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, ampliar por ley la edad de jubilación de 65 a 67 años es muy grave, pero desjudicializar la contratación laboral sería la gota de agua que haría saltar por los aires la alianza que durante seis años ha mantenido el Gobierno con los sindicatos.
Esto supondría enfrentar al PSOE con su base social, lo que le podría suponer perder las próximas elecciones generales. Por el contrario, si Zapatero no sigue adelante con su plan de reformas, el mercado financiero castigará duramente a la economía española y el riesgo país se incrementaría fuertemente. Este año el sector público y privado tendrán que renegociar el vencimiento de 300.000 millones. Una subida de medio punto en los tipos de interés que impone el mercado supondría pagar 15.000 millones de euros más por nuestra deuda.
El presidente del Gobierno se encuentra prisionero entre dos fuegos. Hasta el momento todo hace pensar que la propuesta de medidas laborales que el Gobierno dará a conocer hoy no planteará sorpresas. Es decir, no incluirá el contrato único.
Sin embargo, el Ministerio de Economía y, en concreto, su secretario de Estado, José Manuel Campa, están convencidos de que al final la propuesta se abrirá paso porque la vicepresidenta Elena Salgado conoce la gravedad de las finanzas públicas. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, está radicalmente en contra.
En la memoria del Plan de Estabilidad remitida a la Comisión Europea se dice estrictamente que el Gobierno adoptará medidas para reducir la dualidad en el mercado laboral y reducir la temporalidad. Los dirigentes sindicales no las tienen todas consigo y creen que hasta el último momento se va a mantener el pulso entre Economía y Trabajo. Será el presidente del Gobierno quien en el último momento adopte una decisión.
La presión de los mercados
La reforma de las pensiones propuesta por el Ejecutivo es tan grave para el Gobierno de Zapatero como fue el plan de empleo juvenil para Felipe González. Esta afirmación de un ex ministro socialista refleja el golpe de timón dado por el presidente del Gobierno a la política económica. Un cambio que se ha visto forzado por las grandes reticencias de los mercados a financiar la abultada deuda española, que este año tiene que afrontar una importante renovación de los créditos.
Si no se hacen reformas estructurales de calado las agencias de rating rebajarán drásticamente la calificación de la deuda española, lo que podría llevar a España a una situación similar a la de Grecia, cuyos dirigentes han visto el fantasma de Islandia.
El presidente del Gobierno fue rotundo durante la discretísima reunión que mantuvo el domingo 24 de enero con los secretarios generales de CCOO y de la UGT. Les explicó que la situación era más grave de lo que parecía.
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