El miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) José Manuel González-Páramo ha lanzado hoy una advertencia a los Gobiernos para que ajusten con urgencia sus desequilibrios fiscales porque los mercados cada vez diferencia más entre los riesgos de invertir en unos países y otros. La deuda de España provoca más dudas que la de Santander y BBVA.
No ha sido por Navidad, pero José Manuel González-Páramo, uno de los seis miembros del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), ha vuelto hoy "a casa", que es como ha definido su visita a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid. Lo ha hecho para impartir una conferencia titulada Las estrategias de salida de la crisis. Y aunque no ha dado demasiadas pistas acerca de cómo va a retirar el BCE las muchas y variadas iniciativas con las que ha plantado cara a la crisis, sí ha lanzado mensajes interesantes.
Riesgo soberano
Como hizo su jefe, Jean-Claude Trichet, González-Páramo ha considerado "absurdo" elucubrar sobre los problemas de Grecia y la posibilidad de que salga del euro. Eso sí, ha reconocido que "los mercados son ahora muy sensibles al riesgo soberano". Es más, ha considerado "urgente" que los Gobiernos se movilicen para reajustar sus desequilibrios fiscales, porque "los mercados cada vez diferencian más".
Lo ha dicho el mismo día en que, por ejemplo, la brecha entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años ha llegado a ampliarse hasta los 81,7 puntos básicos -ó 0,817 puntos porcentuales-, la mayor desde mayo.
González-Páramo aún fue más allá. Lejos de criticar el comportamiento reciente de las primas de riesgo, ha recomendado a las autoridades que escuchen "los incentivos enviados por los mercados para que hagan lo que deben hacer". A modo de recomendación, ha comentado que "controlar el gasto siempre tiene un impacto más duradero" para reequilibrar el déficit.
España y sus reformas
También ha habido alusiones a España. Siendo fiel a sus tradicionales peticiones, ha asegurado que la necesidad de emprender una reforma laboral en nuestro país "es una obviedad". En concreto, se ha referido a las barreras de entrada al mercado laboral que suponen las negociaciones colectivas, así como a la necesidad de acabar con la dualización vigente entre empleos fijos y temporales.
A propósito del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), ha solicitado que se "ponga en marcha con rapidez", al tiempo que ha lanzado una perla: "Si hubiera dependido del Banco de España, la utilización de estos fondos hubiera empezado hace mucho".
Retirada de las ayudas
¿Y qué hay de las estrategias de salida? Poca cosa. Apenas dos mensajes. El primero, que "de no retirar las medidas, se podría debilitar el anclaje de las expectativas de inflación y se podría desincentivar a los agentes, mercados y Gobiernos".
Y la segunda, que el BCE no tiene por qué esperar a desactivar todas las medidas extraordinarias para "actuar", es decir, para subir los tipos de interés.
Sobre el futuro y las lecciones aprendidas por la crisis, ha admitido que "ni los bancos centrales ni el resto de actores del mercado tienen vuelta atrás". Y sentenció: "No volveremos donde estábamos antes". Además, mostró su confianza acerca de que el Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos sirva para "lanzar recomendaciones y alertas tempranas" sobre futuros excesos en el sistema financiero.