
El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, no se atrevió este miércoles ante el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo a esgrimir su propuesta de que la UE sancione a los países que no cumplan la futura estrategia europea para salir de a crisis, reformar la economía, e impulsar el crecimiento. Estrategia que debería ser pactada durante este semestre por los 27 Gobiernos del club comunitario.
Zapatero planteó hace dos semanas establecer "medidas correctivas" contra los países que no respeten los objetivos de ejecutar reformas. Alemania rechazó de inmediato esta propuesta por considerar que no tenía sentido y que generaría más burocracia. Y este miércoles ante los eurodiputados, el presidente español se limitó en su intervención inicial a pedir "una gobernanza seria y exigente con los objetivos".
Tampoco se atrevió a violar el tabú y utilizar la palabra "sanciones" el conservador portugués José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea. Barroso se limitó a asegurar que utilizará todos los instrumentos que los Ventisiete ponga a su disposición para lograr el cumplimiento de la próxima estrategia de reformas económicas. Y recordó que la estrategia económica de la pasada década no ha logrado los objetivos pactados en 2010 porque muchos Gobiernos nacionales se han resistido a aplicarla
En los últimos días, al menos tres ministros españoles han matizado y corregido a su presidente. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos negaron que de la palabras de Zapatero se pudiera concluir que España proponía sanciones. Elena Salgado, vicepresidenta y titular de la cartera de Economía y Hacienda, se limitió a pedir sanciones morales: que se fijen objetivos comunes, y que los Estados que no las cumplan deban dar explicaciones al resto de sus socios comunitarios.
Turno de réplicas
El francés Joseph Daul, líder de los eurodiputados populares, aplaudió que Zapatero se atreva a hablar de crear un Gobierno económico en Europa. Una propuesta bien recibida en Francia, pero que provoca rechazos en Alemania, que teme que sea una maniobra para zapar la independencia del Banco Central Europeo (BCE).
En referencia a la subida desbocada del paro como consecuencia de la crisis, Daul ironizó al decir a Zapatero: "En su país saben lo que es tener problemas". Y dijo que de la crisis no se sale aumentado el gasto público, si no creando un marco favorable a las empresas, sobre todo las pymes.
El alemán Martin Schulz, jefe de filas de los socialistas en la Eurocámara, pidió que se traslade a Europa el modelo español, que definió como un Gobierno socialista de vanguardia y con mucho corage que ha logrado modernizar el país.
Zapatero se defiende
Espoleado por el liberal Verhofstdt, el presidente español se atrevió por fin en el turno de réplicas a hablar de sanciones. Dijo no entender que esta propuesta haya creado polémica cuando la UE ya prevé sanciones para sus miembros para, por ejemplo, garantizar el cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Lo que no dijo Zapatero es que hace un lustro la UE frenó la aplicación de este pacto cuando se acercaba a la aplicación de sanciones a Alemania y a Francia. También dejo de decir que, posteriormente, la UE lo reformó de tal manera que las sanciones son una hipótesis muy lejana incluso en este momento, en el que casi todos los países del club superan ampliamente los máximos teóricamente permitidos para los déficits y las deudas públicas.
El francés Daniel Cohn-Bendit, líder de los verdes, pidió más ahorro energético, objetivos más ambiciosos de recorte de emisiones de CO2 y, además del plan industrial para impulsar el coche eléctrico defendido por Zapatero, una estrategia continental de tranvías.
El británico Timothy Kirkhope, líder de los conservadores recién desgajados del Partido Popular Europeo, dijo temer aires de centralismo y dirigismo propio de la antigua Europa del Este en el programa económico de la actual presidencia española de la UE. El español Willy Meyer criticó a Zapatero por desmontar el sistema social europeo y no intervenir la economía y mercados como el financiero.
Las líneas maestras del discurso
Mantener los estímulos fiscales: el presidente español reclamó que la UE "mantenga los estímulos fiscales hasta que la recuperación sea una realidad". Y pidió respeto al Pacto de Estabilidad y Crecimiento, norma que pone límites a los déficits y la deuda pública de los Estados Europeos.
Energía: Zapatero lamentó que Europa gaste tanto en pagar el suministro de energía a terceros países como invierte en investigación y desarrollo.
Pidió la creación de un mercado común energético, cumplir los compromisos de interconexiones entre los países de la UE, crear un marco legal común, e impulsar las renovables.
Telecos: Abogó por la creación de un mercado interior europeo digital, apostando por las redes de telecomunicaciones de nueva generación y por facilitar el comercio electrónico. Zapatero pidió una estrategia digital europea para facilitar la creación de contenidos, reforzar la propiedad intelectual, y aumentar la productividad.
Coche eléctrico: el dirigente español planteó la conveniencia de que la UE propicie una estrategia común para impulsar el desarrollo del coche eléctrico. Objetivo: favorecer una industria sostenible, apoyar la transformación en curso del sector del automóvil, apostar por la innovación y el desarrolo económico, y contribuir al desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático.
Universidades e investigación: Reconoció Zapatero que en los últimos diez años Europa no ha avanzado en los ránkings internacionales de excelencia en las universidades. Y pidió culminar el proceso de Bolonia para reformar las universidades, aumentar su calidad, e impulsar los centros de investigación
Agricultura: Zapatero se pronunció a favor de una política agrícola común que sirva para defender el medio ambiente, garantizar el suministro de alimentos, y respaldar la renta de los agricultores. La UE se encuentra en pleno debate sobre si recortar sus ayudas al campo y transvasarlas a otras prioridades como la investigación y el desarrollo, la canalización de los flujos migratorios, el desarrollo de una verdadera política común de Asuntos Exteriores y Defensa, o la lucha contra el terrorismo
Un recuerdo para Haití
Zapatero comenzó su intervención ante el Parlamento Europeo expresando su consternación por la tragedia de Haití, y la solidaridad y el compromiso de la UE con este país.
También dijo convencido de que, en el marco de los esfuerzos de ayuda internacional, Europa "esté a la altura de las circunstancias".