Para que los Presupuestos de 2010 no resultaran a la vista especialmente reducidos en algunos ministerios, el Gobierno optó por potenciar en éstos la partida de créditos. Una solución que no ha sido tal para algunos sectores, cuyas empresas y fundaciones dependen en gran medida de las ayudas directas del Estado.
Según los datos publicados por el Ministerio de Economía hasta noviembre de 2009, los Ministerios de Industria, Exteriores y Ciencia e Innovación no llegaron a consumir -de media-, ni el 50% de las partidas que tenían presupuestadas en concepto de créditos. Más cuando de esta media tira para arriba el ministerio dirigido por Miguel Sebastián, cuyos créditos destinados al Plan Vive y a la promoción del turismo alcanzaron el 73,7%.
Sin embargo, en el caso del departamento que gestiona Cristina Garmendia el reparto de la partida destinada a créditos para investigación alcanzó el 24,4%. La cifra es especialmente relevante si se tiene en cuenta que la ministra ha explicado, en multitud de ocasiones, que su presupuesto para 2010 no se ha reducido tanto como se criticaba, ya que se había incrementado en un 13,3% la partida destinada a préstamos. Pero en este caso, tal y como señalan algunos colectivos de científicos, la excusa no cuela.
¿Apuesta por la innovación?
A lo largo de 2009, el Ejecutivo de Zapatero aseguró que su intención era cambiar el modelo productivo de España con una decidida apuesta por la innovación, algo que a la luz de estos últimos datos y con el presupuesto aprobado para Ciencia e Innovación en 2010 parece totalmente imposible.
Otra de sus grandes apuestas fue la ayuda al exterior. En este caso, de los 1.878,5 millones presupuestados para créditos, tan sólo se ha consumido un 36,1%. Entre los tres ministerios se han dejado de solicitar 4.826,3 millones de euros pero, independientemente del motivo por el que no se haya consumido ese crédito, resulta curioso este dato en una época de crisis en la que lo que se necesita la fluidez del crédito en las empresas.
"Lo que demuestran las cifras es que el Ejecutivo no sabe planificar qué es lo que realmente se necesita porque, si no, como sucede en el caso de la cantidad destinada a créditos del Ministerio de Educación, se lograría otorgar casi el 100%", explica uno de los expertos consultados.
Ningún ahorro
A pesar de la falta de interesados en solicitar créditos, lo más grave es que las cantidades no consumidas no suponen ningún ahorro para el Gobierno porque, al no gastarse, se devuelven a la entidad de crédito correspondiente con los intereses pactados y nadie sale beneficiado.
La falta de interés en solicitar créditos se explica, en algunos casos, por no desear endeudarse con el Estado. Esta sería, por ejemplo, la explicación de la escasa solicitud de los 21,3 millones que Vivienda ponía a disposición de jóve- nes de entre 22 y 30 años, que cobrasen 22.000 euros anuales o menos, para solicitar la fianza de alquileres de hasta 600 euros, según explicó un portavoz a este diario.
En definitiva, el aumento que se ha registrado en los Presupuestos de 2010 de la partida destinada a créditos, frente a los datos de 2009, no va a suponer una apuesta decidida por la innovación, ni por supuesto la solución para miles de empresas que se encuentran con un pie en el concurso de acreedores.