
El Gobierno de EEUU es ahora el mayor banquero, asegurador, fabricante de automóviles y prestamista de primera, segunda y última instancia. El mismo Obama, consciente del auge de Washington, bromeó recientemente con la prensa sobre este particular. ¿Quién no quiere alquilar una oficina al lado de la Casa Blanca?
Algo está cambiando en EEUU. Cuando la primera economía del mundo sucumbió a la crisis, muchos pensaron que se avecinaban nuevos tiempos para el sistema vigente. Y en efecto, así ha sido, aunque nunca llueve a gusto de todos. El poder que Washington está adquiriendo en el mundo de las finanzas hace desconfiar a David Frum, columnista de CNN.com: teme que la Casa Blanca se convierta en el "Versalles americano".
En su artículo, el analista explica que el protagonismo que está cobrando el Gobierno de Estados Unidos en el ámbito económico rompe con la centenaria práctica estadounidense de limitar al máximo las injerencias políticas en el ámbito económico.
De hecho, y a diferencia de las capitales europeas, la separación no era sólo teórica, sino también física, ya que los kilómetros que alejaban Washington de los principales focos financieros y comerciales estadounidenses hacían las veces de muro virtual.
Según relata, antiguamente los empresarios debían empreder largos viajes desde Boston, Nueva York o Philadelphia, por lo que las visitas a la capital no eran frecuentes. Como ejemplo, indica que la aparición de JP Morgan supuso todo un hito, al tiempo que ninguno de los "titanes de la industria" del siglo XIX llegó a personarse nunca en la ciudad.
En las últimas décadas, los avances tecnológicos fueron acercando los extremos de la cuerda, al reducir el tiempo necesario para abarcar los recorridos y mejorar las comunicaciones. Aunque no han hecho falta más que dos años para que esta distancia se desvanezca por completo.
Migración a Washington
En estos 24 meses, se desató la más terrible de las crisis sobre la primera economía mundial y los pilares que sostenían el sistema financiero del país se resquebrajaron. Wall Street, epicentro de los temblores y cuna de la burbuja de crédito, aún paga las consecuencias.
La última muestra de ello es que las empresas están huyendo de Nueva York en busca de un destino más favorable: Washington. De hecho, según informaba ayer el diario The Wall Street Journal, la capital ostenta ahora el título ser de ciudad con el menor número de oficinas disponibles en todo Estados Unidos.
¿Y a qué se debe la migración? Según señala Frum, las principales compañías quieren ser vecinas del Gobierno de Barack Obama, que se ha convertido por obra y gracia de la crisis en el principal motor de la recuperación, con sus ayudas, intervenciones y nuevas normas.
Por eso, se están instalando allí muchas firmas importantes e incluso la nueva sede de la SEC se ubica en la ciudad, alumbrando una conexión nunca antes vista en la historia de EEUU entre el Despacho Oval, las finanzas y los negocios.
Sin ir más lejos, el Gobierno de Obama es dueño de gigantes como la aseguradora AIG, de la que controla el 80%, o de GMAC, el antiguo brazo financiero de General Motors.
Esta nueva relación, sin embargo, podría no ser beneficiosa a largo plazo. "Mientras Washington gana, el país pierde", afirma tajante el columnista de CNN, que califica de "Versalles americano" el papel que podría acabar desempeñando la Casa Blanca, desde donde "se distribuyen los favores y la asistencia es obligatoria".
La independencia de la que gozaba el mundo financiero y económico en Estados Unidos, adalid del liberalismo económico, podría haber pasado a mejor vida.