Economía

Fallas: cuando quemar dinero es una fiesta

Sólo la elaboración de los 'ninots' se lleva casi 10 millones de euros. Foto: Archivo
Si le pregunta a un artista fallero si no le da pena ver el monumento al que se ha dedicado en cuerpo y alma durante todo el año ser pasto de las llamas, le dirá que no.

Le contestará que es su trabajo, que lo tiene asumido, y que es una tradición muy arraigada en Valencia. Y ahí se ha acabado cualquier discusión al respecto.

A los valencianos les encanta el fuego -y esta afirmación que suena a obviedad también podría resumir su pasión por las Fallas, que el pasado jueves celebraron su primera fecha grande-. O les gusta tanto como para quemar 9,7 millones de euros en una sola noche. Es el coste de las 760 esculturas de cartón-piedra que desde hoy -día de la plantá- y hasta la noche de San José -la cremá-, salpicarán con su colorido las calles de Valencia. Esta cantidad de casi 10 millones supone un incremento de cerca de un millón de euros respecto al gasto del año pasado.

Sin embargo, las Fallas no son sólo los monumentos. Otros ingredientes destacados de la fiesta son la iluminación de las calles, los fuegos artificiales con las tradicionales mascletás, las bandas de música, los conciertos, las cabalgatas y otros actos festivos que ocupan las calles de la capital del Turia durante estos días.

También beneficios

La suma de todos estos elementos podría superar, según algunas estimaciones de colectivos vinculados a la fiesta, los 40 millones de euros, una cantidad que costean, eso sí, en su mayor parte las asociaciones de falleros.

Claro que no todo va a ser rascarse el bolsillo y gastos para los ciudadanos valencianos. Las Fallas, como un imán, atraen también a la localidad a miles de turistas dispuestos a gastar y de los que un año más se beneficiará, muy especialmente, el sector servicios.

Pero, volviendo a los gastos: como decíamos, el grueso de la factura de las fiestas corre a cargo de las comisiones falleras, que cuentan con presupuestos millonarios, aunque el Ayuntamiento también gasta un buen pico.

Las comisiones

Las comisiones es el nombre que reciben los grupos de vecinos que en los diferentes barrios de la ciudad se juntan para vivir la fiesta y levantar sus monumentos. Las Fallas no les salen nada baratas porque además de las esculturas -dos por cada comisión: la grande y la infantil- tienen que costear la iluminación de la calle, el alquiler de los locales donde se reúnen (casales), la pirotecnia, la música y todos los festejos en los que participan. Para pagar todo esto, las comisiones -en Valencia hay ahora 380- se pasan todo el año recolectando dinero a través de rifas y de la lotería que venden por reembolso a toda España.

Con todo, las fuentes de ingresos más importantes de estas comisiones -o fallas- son las cuotas de los socios, las donaciones, las subvenciones municipales y el dinero que perciben de los anunciantes, generalmente pequeños comerciantes del barrio.

En los últimos cinco años, se han puesto de moda los patrocinios de grandes empresas, sobre todo, entre las fallas con más presupuesto y de más renombre. Por ejemplo, es bastante habitual ver anuncios de conocidas marcas de cervezas o compañías inmobiliarias en los alrededores de los monumentos antes de su quema.

Subvenciones municipales

Y es que todo vale para sufragar los elevados gastos que, en el caso de algunas comisiones, se disparan hasta alcanzar cifras millonarias. La falla de Nou Campanar, que se ha alzado con el primer premio en las tres últimos ediciones, ha destinado este año 690.000 euros sólo a la elaboración de sus dos monumentos, el grande y el infantil.

Parte de ese dinero, según fuentes falleras, ha salido del bolsillo del presidente de esta comisión, Juan Armiñana, un conocido constructor de Valencia, que quiere así atraer la atención hacia el barrio donde se ubica la falla y donde posee intereses inmobiliarios. Un buen ejemplo, por lo tanto, de la mezcla de fiesta y negocio que se da en Valencia estos días.

No obstante, la mayoría de las fallas, más modestas, sobreviven gracias a las ayudas municipales. En concreto, el Ayuntamiento de Valencia subvenciona el 25 por ciento del presupuesto de todos los monumentos y del coste del alumbrado de las calles.

El consistorio paga además sus propias fallas -la infantil y la grande- que se levantan a las puertas de su sede y que este año superan los 200.000 euros de coste. E incluso, para el año que viene, ya se ha incrementado un 10 por ciento el presupuesto de la falla municipal.

gastos indirectos

Otros gastos a cargo de las arcas públicas son las populares mascletás de la plaza del Ayuntamiento, los conciertos, la limpieza y seguridad de las calles, así como el montaje de los diferentes actos y galas falleras. El año pasado, al Ayuntamiento de Valencia le costaron las fiestas 3,5 millones.

Claro que la ciudad obtiene a cambio importantes beneficios. Las Fallas atraen a miles de turistas y de ello sacan buen partido algunos sectores, como la hostelería o el negocio hotelero. En 2006 se batió el récord de turistas. Llegaron hasta la capital del Turia un millón de visitantes, incluyendo a los que viven en las poblaciones cercanas a la ciudad y, según cálculos del sector hostelero, el impacto económico ascendió a 60 millones de euros. Hoteles, restaurantes, bares y tiendas son los principales destinatarios de este dinero.

El negocio de las Fallas

Según datos de la Federación de Hostelería de Valencia, los cinco días de Fallas representan entre un 5 y un 7 por ciento de la facturación anual del sector. Las ventas en bares, restaurantes, cafeterías, pubs y discotecas se incrementan un 200 por ciento durante la semana de fiestas si lo comparamos con cualquier otra semana normal del año.

Lógicamente, los más beneficiados son los negocios que se encuentran en los alrededores de los principales monumentos, los que se incluyen en la llamada sección especial. Son los más espectaculares y por tanto los más visitados y los que más negocio generan a su alrededor.

Los hoteleros también esperan una ocupación alta para estas fechas, aunque a principios de esta semana todavía quedaban plazas libres. Luís Martí, secretario general de la Unión Hotelera de la Provincia de Valencia, prevé una ocupación media este fin de semana del 90 por ciento, más o menos la misma que el año pasado, que considera que fue "muy bueno".

Los hoteles de Valencia cuentan con unas 10.000 habitaciones. Pero en Fallas el negocio no sólo se genera en el sector servicios.

La rentable pirotecnia

La industria se hace también con un importante trozo del pastel. Y como los fuegos artificiales y las mascletás son los protagonistas indiscutibles de estas fiestas, sus fabricantes y vendedores forman parte del grupo que saca tajada de la festividad.

Para ser exactos, se calcula que las Fallas representan en torno al 10 por ciento del negocio de las empresas pirotécnicas de la provincia. Además, hay talleres que se dedican exclusivamente a fabricar material para esta celebración.

¿Y qué son unas fiestas populares sin su polémica anual? Este año, las Fallas han venido precedidas de un revuelo en el sector pirotécnico. La mecha se encendió cuando el Gobierno central reformó recientemente el reglamento de explosivos incluyendo importantes restricciones a la venta de petardos a menores.

Estos productos son ampliamente utilizados durante las Fallas, por lo que las autoridades valencianas solicitaron al gobierno una moratoria en la puesta en marcha de la nueva normativa, que finalmente ha sido concedida y, por lo menos, ha cerrado la posible crisis para las fiestas de este 2007.

Otros sectores beneficiados

Tradiciones aparte, lo cierto es que el reglamento no contaba con el beneplácito de los pirotécnicos y los vendedores de petardos, principalmente los quioscos de prensa, que hubieran visto disminuir de forma considerable su negocio.

Por lo demás, marzo también se convierte en el particular agosto de las floristerías valencianas. El año pasado se calcula que las comisiones falleras gastaron medio millón de euros en flores para la ofrenda a la Virgen de los Desamparados, uno de los actos más destacados de estas fiestas. Se calcula que los más de 50.0000 falleros que desfilarán ante la Virgen le entregarán unas cien toneladas de claveles, además de las tradicionales canastillas.

Críticas

Pero en las Fallas no todo es luz multicolor, grandes cifras de gasto y beneficios para toda la comarca. Sin irse muy lejos en el tiempo, la Confederación Valenciana de la Pequeña y Mediana Empresa ha criticado estos días pasados los cortes de calles que se producen en la ciudad "una semana antes del inicio de las fiestas" y que dificultan la actividad de algunos negocios como son los servicios de asistencia técnica, ascensoristas o instaladores eléctricos.

La crítica hacia las fiestas, con todo, es residual. Como decíamos al principio, las Fallas son para un valenciano parte de su idiosincrasia más irrenunciable. En Valencia , hay empresas que viven todo el año de las Fallas, como los talleres de los artistas falleros, de los que forman parten los escultores, pintores o carpinteros que construyen los monumentos; o los talleres de confección y las tiendas que venden los trajes típicos de estas fiestas.

En el Gremio de Artesanos y Artistas Falleros de Valencia están inscritos 230 asociados, aunque el número de artistas que viven dedicados a la fiesta es mucho mayor, ya que hay talleres que cuentan con varios empleados. Por no decir que las Fallas competen a toda Valencia, claro.

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