
El decano presidente del Colegio de Registradores de España, Eugenio Rodríguez Cepeda, ha informado hoy de que los últimos avances de actividad de las delegaciones registrales apuntan a que "empieza a haber descensos en la titulación de viviendas en los grandes núcleos poblacionales del interior peninsular, concretamente en Madrid, y en el corredor de Levante".
Además, la continuidad de esta tendencia es previsible, según Rodríguez, ya que "España tiene una pirámide de población muy concreta que ya no absorbe las actuales cifras de construcción en condiciones normales".
La influencia de la natalidad
Así, el decano presidente de los registradores puso de manifiesto durante un almuerzo informativo que el descenso de la tasa de natalidad durante los años 80 y 90 supondrá a partir de ahora "un bajón que se tiene que notar necesariamente en la compra de primeras viviendas".
Además, en su opinión, este descenso de la demanda no se verá compensado con la compra de vivienda por parte de la población inmigrante asentada en España, mientras que, además, la inversión extranjera en inmuebles con fines turísticos "va a tocar techo". "Este mercado está, si no agotado, minimizado", apuntó.
En este sentido, Rodríguez ha afirmado que "el año 2006 ha marcado la cota más alta de vivienda construida", por lo que, asegura, en 2007 no se volverá a batir el récord de construcción alcanzado el pasado año, con más de 883.000 viviendas construidas.
Ley de Suelo
Respecto a la Ley de Suelo, los registradores esperan "poco o nada, ya que nace mutilada por la distribución competencial de España".
No obstante, Rodríguez afirma que "el urbanismo se hace de manera muy fragmentada" en España debido a las competencias exclusivas de los ayuntamientos en esta materia. Este reparto competencial da lugar, asegura, a "situaciones grotescas" como la de algunos ayuntamientos de pueblos sólo habitados en verano que, pese a todo, se reúnen una vez por semana y "hacen urbanismo".
Además, la Ley de Suelo "puede dar de sí muy poco" en materia de valoraciones, ya que "parte de una premisa equivocada", que es la valoración de las fincas por el rendimiento económico derivado de su situación de cultivo.