
Los sindicatos se movilizan en plena crisis económica. Hasta aquí, la protesta sindical es totalmente comprensible. El desempleo se ha disparado y el Gobierno no ha presentado ninguna medida de calado para resolver la situación. Pero lo sorprendente es que los sindicatos dirijan su manifestación contra los empresarios.
Así lo ratifica su eslogan: "Para que no se aprovechen de la crisis". Según el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, la protesta es una advertencia y una llamada de atención dirigida a los empresarios para evitar el deterioro de los derechos laborales y de la protección social.
Después de que se hayan destruido unas 330.000 empresas, sólo en los nueve primeros meses de 2009, de que muchas compañías sufran una considerable merma de liquidez, la caída del consumo y de las exportaciones y, sobre todo, tras firmar un acuerdo de compromiso para cerrar la negociación colectiva de este año, el mundo empresarial no ve con buenos ojos la protesta. Eso sí, respetan la decisión sindical, tal y como afirma el secretario general de CEOE, José María Lacasa. Aunque la organización empresarial ve más razonable intentar solucionar la crisis mediante el diálogo, añade.
Los empresarios, según Lacasa, "prefieren exponer sus exigencias en la conferencia empresarial del próximo día 2 de diciembre en un ambiente de diálogo, pero todo es respetable". El presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, declaró ayer que "no sería nada razonable" que CCOO y UGT realicen la manifestación del próximo día 12 contra los empresarios. Sobre todo, cuando se encuentran "en pleno diálogo social" y acaban de firmar un "acuerdo importante" en materia de negociación colectiva.
Numerosas críticas
Tras la firma del documento, los sindicatos intentaron recular y afirmaron que la manifestación no iba dirigida a nadie en particular. Aun así, las declaraciones de los secretarios generales de ambas confederaciones sindicales fueron claras, además de que la convocatoria sigue en pie bajo el mismo lema.
Desde muchos sectores empresariales se critica la manera de actuar de los defensores de los trabajadores. "El malestar es evidente para los empresarios pero también para muchos trabajadores, que no entienden que se haga una manifestación contra los empresarios", asegura el secretario general de la patronal multisectorial catalana Cecot, David Garrofe, quien se sorprende porque siga en vigor la convocatoria. Cree, además, que la revuelta "pierde fuerza" una vez se ha firmado el acuerdo.
En la misma línea, el secretario general de la patronal valenciana Cierval, Rafael Montero, afirma que "no es el mejor momento para organizar manifestaciones en la que pueda ponerse en tela de juicio el papel de los empresarios".
También sufren la crisis
Cabe destacar que el 80% de las empresas españolas son microempresas con menos de cinco trabajadores. Y más del 90% son pymes con menos de 250 empleados. Muchos de estos empresarios "se están jugando su patrimonio y el de su familia, están hipotecando sus casas y no sólo no aumentan sus beneficios, sino que están perdiendo poder adquisitivo", afirma el presidente de ATA, Lorenzo Amor.
Desde el punto de vista de Amor, los sindicatos intentan "demonizar al empresario". Y, sobre todo, cree que "es bastante raro que después de haber firmado un acuerdo sigan convocando la manifestación del día 12 de diciembre", añadió.
El diálogo social estaba paralizado desde que a finales de julio se rompieran las negociaciones. La razón que han expuesto desde entonces tanto el Gobierno como los sindicatos es que CEOE aumentó sus reivindicaciones y reclamó una reforma laboral. Una petición que ahora sí que se incluirá en las negociaciones del diálogo social, según anunciaron los agentes sociales y el Ejecutivo.
De todas maneras, "pese a la manifestación", el secretario general de Cepyme, Elías Aparicio, afirma que "los empresarios y los sindicatos deben seguir reuniéndose".
Opinión que también es compartida por el presidente de la patronal de las ETT, Francisco Aranda. "El diálogo es siempre la mejor opción y no se trata de buscar medidas sólo para los empresarios o sólo para los trabajadores, sino para nuestra economía en su globalidad", afirma.
Seis convenios por firmar
Para algunos sectores como el metalúrgico, esta manifestación no es algo nuevo. La patronal de la industria del metal (Confemetal) sufrió hace algunas semanas una huelga general en nueve provincias, porque los sindicatos reivindicaban que se cerrara la negociación colectiva. Andrés Sánchez, secretario general de Confemetal, explica que ellos nunca han bloqueado los convenios colectivos.
De hecho, ahora que las federaciones sindicales amenazan con una nueva huelga, quedan tan sólo seis convenios por firmar. "Otros años con este porcentaje tan pequeño de convenios pendientes habíamos cerrado la negociación, pero este año los sindicatos se han radicalizado. Encima, si ahora intentan dañar la imagen de los empresarios creo que se están equivocando. Los empresarios son los que crean riqueza y trabajo".
Y añade que "hay que tener en cuenta que los sindicatos están echando marcha atrás en algunas reivindicaciones, por lo menos sectorialmente, porque algunos entienden el calado de la crisis".
Deprime la confianza
Una movilización en contra del mundo empresarial español justo en plena campaña navideña tiene todos los componentes para dañar todavía más la economía, según afirma Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Española de Comercio (CEC).
Los sindicatos "buscan crispar a los trabajadores y meterles miedo para que piensen que pueden perder los derechos laborales adquiridos". "Saben que los derechos de los trabajadores están defendidos en los convenios colectivos que han firmado los propios sindicatos", señala Fraile.
Además, el secretario general de la CEC opina que "la época que han elegido es bastante mala, justo en campaña navideña, cuando se tiene que fortalecer la confianza para que crezca el consumo". Para Fraile, "no están siendo responsables. Tienen que pensar que si cae el consumo, cae el comercio, cae la industria y cae el empleo". Pero los sindicatos han optado por salir a la calle por el empleo en contra de los empleadores.